Revista Decoración

Arte para todos

Por Emmme_studio @emmmestudio

Últimamente había un tema que rondaba con fuerza nuestra cabeza y es que al igual que el interiorismo, mucha gente piensa que esto del arte es para ricos. Para desmitificar un poco el asunto, le hemos pedido a un amigo, experto en estos menesteres, que nos de su visión y esto ha sido lo que nos ha contado. Disfruten, reflexionen y, compren arte.

imagen: María Miralles

imagen: María Miralles

Arte & Hogar por Javier Martín, Historiador de Arte

Bien dice el bueno de Bob que Times are changing y con ellos la sociedad, nuestra manera de percibirla y nuestra manera de vivirla.

El ojo con el que miramos las cosas no es el mismo del señor feudal, del dulce renacentista o del caballero romántico.  Al igual que nuestros gustos han ido evolucionando también ha evolucionado la estética del arte y su recepción social.

Durante siglos el arte se convirtió en un símbolo de prestigio, un bien que debía formar parte de todo ajuar de un personaje que quisiera ser considerado “pudiente”e importante.

La realeza y el clero en un primer momento, la nobleza más adelante y, finalmente, la burguesía aglutinaban entre las paredes de sus grandes construcciones infinidad de obras de arte en forma de pinturas, esculturas y platería variada. Sin duda el gusto por la ostentación tenían gran culpa de ello, pero también el gusto estético. Así Felipe IV más que ser recordado por su reinado político es muchas veces recordado por ser considerado uno de los grandes coleccionistas de la historia.

¿Y qué tenemos nosotros que ver con este hombre que era amo y señor de todo lo que la vista abarcaba? Pues muchas cosas. El arte y su democratización están en un punto en el que, alejándonos de los grandes nombres, en mayor o menor medida es accesible para el gran público. Hoy en día es posible adquirir arte con precios sin tantos ceros como los de las grandes subastas que nos muestran en los informativos, o los escándalos derivados de ferias como ARCO. El arte es mucho más que eso.

Como hicieran los grandes coleccionistas de la historia, hoy en día es posible crear una colección de arte a base de buen gusto pero con inversiones muchísimo más pequeñas. Estas inversiones, en muchos casos, lo son de futuro. Pero no debemos fijarnos en el componente especulativo del arte. Una obra nos transmite las sensaciones que en ella podemos encontrar.  Dos personas son capaces de experimentar sentimientos diferentes ante la misma composición: bienestar, alegría, plenitud o incluso rechazo y odio. El arte como manera de crear hogar se está imponiendo cada vez más. Pero el Arte con mayúscula. Fotografías, cuadros en serie e incluso posters llenan y completan las paredes de nuestros hogares. Es casi tradición. Pero no debemos abandonar la idea de cambiar todo ello por una obra que, además de un gusto estético porque es bonito o queda bien, contenga ese grado de personalidad, esa exclusividad inherente de lo artesanal y el sentido que nosotros le damos.

Cada día más, y ligado al concepto de la filosofía slow, diseñadores, arquitectos, artistas y expertos en arte -como galeristas, críticos o marchantes- van de la mano en proyectos privados y de decoración personal. Dejarse aconsejar a la hora de crear una colección es tan esencial como hacerlo a la hora de elegir qué obra para según qué sitio , ¿acaso no era este el trabajo de Velázquez en la corte?.

No hace falta ser un Felipe IV para poseer nuestra propia colección ni tener un Salón de Reinos para colgarla. ¡Simplemente visite una galería o déjese llevar por su decorador slow de confianza! ;)

Y vosotros, ¿qué opinais sobre este tema,os gusta tener arte en vuestros hogares?

¡Pasad un finde estupendo!

el equipo emmme


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