Por Edwin Conde VillarrealCronista del siglo 21Isla Suriqui, nov 7 (La otra información).- Los artesanos de la isla Suriqui, expertos constructores de grandes embarcaciones transoceánicas, confirmaron que la totora del lago Titicaca, planta subacuática usada por generaciones como materia prima, alimento y medicina en el sector lacustre, es dañada por la contaminación ambiental; el tallo una vez afectado, es inutilizable.
El isleño Mariano Arratia (72), artesano desde hace 40 años, explica que a causa de la contaminación de las aguas –la polución se genera en El Alto, Laja y Viacha de donde salen miles de litros de aguas residuales que llegan al espejo lacustre–, “ahora se realiza una nueva selección de los tallos que serán usados como materia prima para la elaboración de la artesanía”.
Arratia muestra un grupo de totoras amarillas y otras oscurecidas por la contaminación, compara ambos y dice, “esta planta negra ya no sirve, ni el ganado se la come, con ella tampoco se pueden hacer balsas, ni otros objetos artesanales”. Ahora tenemos que navegar –asevera el artesano– largos trechos para la pesca, que ha disminuido considerablemente, también hay que buscar entre los totorales a la “planta sana”.Suriqui que se ubica la región lacustre de la provincia Los Andes del Departamento de La Paz, junto a las islas Pariti y Quehuaya, además de otros sectores del Titicaca, están siendo contaminados, según la Liga de Defensa del Medio Ambiente (LIDEMA), por aguas residuales domésticas, así como de mercados, hospitales y postas sanitarias, de industrias, mataderos, operaciones mineras de Milluni y Viacha, y por el lixiviado del botadero de basura de Villa Ingenio de El Alto.
A ello, se suman los residuos sólidos que ingresan al recurso hídrico, el más alto del mundo y con más de ocho mil kilómetros cuadrados de superficie compartidos con el Perú, al ser arrastrados en la época de lluvias por varios ríos de El Alto como el Seque, Seco y Pallina hasta el Katari, luego desembocan en la bahía Cohana del lago menor o Huiñaymarka.
Por otra parte, uno de los dirigentes del Cantón Suriqui, Leonardo Esteban (68), recuerda que en abril e este año, apareció una mancha verde entre las aguas del Titicaca, ocasionando la mortandad de una gran cantidad de aves, peces y anfibios en varios sectores del Titicaca. “Las aguas verdes emanaban un mal olor, por eso apareció en el sector de Sicuya en el lago una gran cantidad de peces muertos en la superficie”, añadió.
También se registró la muerte de una gran cantidad de especímenes de Telmatobius o “ranas gigantes” en la isla Pata Patani con las aguas verdes, después en mayo la mortal masa acuática verduzca se trasladó a la isla Cojata, mientras que en agosto se encontraba esparcida entre las islas Suriqui y Taquire del lago Titicaca.
Explicó que la totora ahora aparece con un color diferente, casi negra, y que necesariamente debe ser quemada o desechada ya que es inservible. “La contaminación deteriora los ecosistemas, provoca la disminución de la pesca, la extinción de especies nativas de flora y fauna, y afecta el desarrollo de los isleños. Dónde están las políticas medioambientales del país”, cuestionó.
Por otra parte, en septiembre de esta gestión, la ministra de Medio Ambiente y Agua, Alexandra Moreira, anunció que su cartera está realizando trabajos para disminuir los niveles de contaminación registradas en el lago Titicaca y como una acción inmediata –aún no se precisó la fecha– anunció para ese fin la plantación de cercos de totora. / ecv