"Un pianista, al igual que un pintor, debería tener una infinidad de colores en su paleta" -comentó Arthur Hochman, el joven pianista ruso, en una conversación reciente sobre la interpretación pianística. "Debería pintar cuadros a través del teclado, de la misma forma que hace el artista en el lienzo. El piano permite realizar una maravillosa variedad de matices sonoros y las teclas responderán adecuadamente al músico que sepa extraer toda la belleza sonora del instrumento.
Los pianistas contemporáneos muestran a menudo carencias en dos aspectos fundamentales: el fraseo y los matices sonoros. La incapacidad de entender la importancia de estos dos puntos puede ser la causa del fracaso como músico. Un artista debe hacer completamente suya la obra que está tocando y estar profundamente imbuido de su espíritu, de manera que sepa qué fraseo y dinámicas son las que mejor expresan el significado de la composición. Al alcanzar ese nivel se tiene todo el conocimiento y seguridad en cuanto al fraseo, independientemente de lo que esté escrito en la partitura. Generalmente, las ediciones de la música para piano son extremadamente deficientes, no obstante, ¿cómo podría realmente ser de otro modo? ¿Cómo es posible, con una serie de puntos, líneas, rayas y acentos, dar una idea correcta de la interpretación de una obra musical? No es posible. Hay una gran cantidad de matices entre el piano y el forte, innumerables tipos de toque que no se tienen en cuenta a la hora de enseñar. Editores importantes como Bülow, Busoni y D'Albert se han esforzado enormemente para hacer llegar los clásicos a nuestros alumnos de la forma más clara posible. Pero incluso ellos mismos se dan cuenta de que hay millones de gradaciones en el toque y el sonido que no es posible representar ni con signos ni con palabras.
CUATRO REQUISITOS PARA LOS PIANISTAS
Cuatro cosas son necesarias para que el pianista tenga éxito ante el público: variedad sonora, fraseo, sentimiento y magnetismo personal. Los colores son muy importantes para mí: su belleza, los diferentes matices de rojos, los amarillos dorados, los tonos cálidos del marrón o los suaves y etéreos azules. Con el sonido podemos hacer tantas combinaciones maravillosas como queramos, al igual que hacen los pintores. Para mí el rojo oscuro nos habla de algo tierno que escudriña nuestro corazón, de algo misterioso." En este punto el señor Hochman ejemplificó sus palabras en el piano, tocando un expresivo fragmento lleno de gran sentimiento. "Por otra parte, los matices del amarillo expresan alegría y luminosidad." Aquí los ejemplos al piano estaban llenos de vida y brillo con nítidos y magníficos staccatos. De la misma forma, mostró eficazmente la representación sonora de otros colores.
"Lo que he interpretado en el teclado nos da una leve idea de lo que se puede hacer con el sonido, y por qué creo que los pianistas que descuidan este aspecto de su arte o no se percatan de su importancia hacen que desaparezca tanta belleza. Podría mencionar a un pianista importante en el mundo de la música cuya técnica es perfecta pero al tocar me resulta soso y aburrido. No me aporta ningún conocimiento: su interpretación es llana y simplemente agua. Por el contrario, un pianista que posee una gran variedad y belleza sonora sí que me proporciona muchas ideas, muchas posibilidades en cuanto al sonido. Estoy hablando de Gabrilowitsch que es para mí uno de los mejores pianistas que existen."
HACER EL CLÍMAX EN PIANÍSIMO
"Cuando estoy al piano y trabajo la sonoridad de una frase, no llego al clímax tocando la nota más fuerte, como hacen la mayoría de los pianistas, sino que toco la nota más suave de toda la frase. Esto se aplica al toque lírico. Le mostraré lo que quiero decir. Aquí tenemos un fragmento de dos compases que contienen una melodía enternecedora. Construyo el crescendo, como puede ver, y en el punto álgido que se espera que sea el más fuerte, observa que en realidad lo toco suave: la dureza ha desaparecido y ha sucedido lo que no se esperaba. Así hay constantemente sorpresas, sorpresas en cuanto al sonido, colores que en un principio no buscábamos.
Generalmente se piensa que un pianista debería asistir a muchos recitales y estudiar los efectos sonoros realizados por otros pianistas. Yo, por el contrario, siento que me beneficia más escuchar a un buen cantante. La voz humana es el mejor de todos los instrumentos, y un intérprete no encontrará una lección tan contundente en la producción sonora y el color en la música como al escuchar a un gran cantante. El pianista debería escuchar mucha ópera porque aprenderá mucho sobre el color, además de tener una visión clara de la acción y de la emoción."
NO QUEREMOS ACTUACIONES QUE SEAN SIEMPRE IGUALES
"El tercer requisito para el pianista, como ya he comentado, es que ponga un verdadero sentimiento en lo que toca. No tengo ninguna afinidad con la interpretación sosa y mecánica, donde cada efecto es calculado con frialdad de antemano y el intérprete siempre trata de hacer lo mismo. ¿Cómo puedo tocar siempre igual cuando no estoy sintiendo lo mismo? Si el músico simplemente busca la uniformidad, ¿de dónde viene la inspiración?
Un verdadero artista nunca realizará una interpretación puramente mecánica. Al mismo tiempo puede experimentar un estado de ánimo tierno y otro más intrépido o exaltado. Debe sentirse libre de tocar como se siente y será un artista si no sobrepasa sus límites. El pianista que toca con verdadero sentimiento y con el "corazón" nunca puede tocar dos veces la misma obra exactamente idéntica, porque las emociones que experimenta en ese preciso momento no siempre son iguales. Esto, por supuesto, se aplica más específicamente en las interpretaciones públicas o al tocar para otros.
Otro punto fundamental es el control de la respiración, que debe ser tranquila y natural, sin importar la cantidad de fuerza física que se ejerza. En un fortissimo y en todos los pasajes difíciles, los labios deben permanecer cerrados y se debe respirar por las fosas nasales, como siempre debería hacerse."
ANÁLISIS MINUCIOSO DE LOS DETALLES
"Sí, hago una gran labor como docente, pero prefiero escoger solo a aquellos alumnos que son inteligentes y de nivel avanzado. Con los alumnos soy muy exigente con el tema de la posición de la mano y el toque. Las puntas de los dedos deben estar firmes y la mano, la muñeca y el brazo desde el hombro están relajados. Al enseñar una obra soy enormemente cuidadoso y exigente con cada nota. Todo se analiza pormenorizadamente. Cuando se comprende y domina es el momento de salir al escenario. ¡Luces, cámara, acción!
Estuve destinado a ser pianista desde el principio. Nací en Rusia y después vine a Berlín, estudiando siete u ocho años con Xaver Scharwenka, luego con d'Albert, Stavenhagen y otros. Pero cuando uno ha adquirido todo lo que los demás le pueden enseñar, se convierte en su propio maestro. He dado muchos conciertos y recitales por Europa y he tocado con las orquestas más destacadas de las mayores ciudades de América."
El señor Hochman ha realizado un trabajo considerable en el ámbito de la composición. Se han publicado numerosas canciones y, sin duda, esperamos en un futuro no muy lejano nuevas obras de mayor envergadura.
Brower, H. (1915). Piano Mastery. Talks with master pianists and teachers. New York: Frederick A. Stokes Company.
Traducción: Francisco José Balsera Gómez