Revista Opinión
Asurraba. Los viscovivos tovestadralando en las vaparas, ruetaban;misébiles estaban los borgoves,mientras los verdos momios bratchilbaban.
Lewis Carroll
Esta semana he decidido que sea especial, me refiero al contenido de esta columna o artículo de opinión. Como todo fin de semana me he sentado delante del ordenador, - yo escribo con ordenador, de lo contrario me pasaría lo que a Rajoy, no entendería mi propia letra a la hora de transcribir el artículo a formato digital para mandarlo al periódico, -y luego pasa lo que pasa-.
Bueno como decía, me senté delante del ordenador con varios temas en el bolsillo; el primero, como no, un montón de reflexiones sobre ninfas, ninfos, sátiros y sátiras, dioses y diosas de carnaval, pero no, he abandonado la idea; demasiada gente se ha 'explayao' ya sobre el tema, tanto los francotiradores casposillos locales, que los hay, como desde las propias filas carnavaleras, han escrito de forma 'diarreica' sobre el tema, así que ya se ha dicho todo. Al final me dije a mí mismo, que manera de dinamitar la necesaria presencia de la igualdad de género, y a otra cosa mariposa, ...y mariposo.
Otro de los temas que traía, este en el bolsillo de atrás, era una especie de confesión pública de mis vicios secretos, claro que si son secretos ¿como los voy a escribir aquí? Y conste que los tengo, un ejemplo, guardarme en la maleta, cuando estoy en un hotel, pastillas de jabón, botecitos de gel, esponjas, esponjas limpia zapatos...., -toallas y albornoces nunca los guardé, que conste-, . Y como decían en el concurso aquel de Un, Dos, Tres, hasta aquí puedo leer, o escribir, que no está el patio para confesiones. Así que tiré el tema a la papelera de reciclaje.
Luego me he deslizado hacia mis adentros, espirituales y 'psicotropicos', mis miedos y estado de ánimo, lo que siento cuando me cruzo en la escalera con la hija del vecino de tres años, que desde que iba en carricoche, siempre me responde con pucheros o llantos cuando yo, como mandan las buenas costumbres, me paro y le digo, ¿dónde va esta niña tan guapa?. O con el otro vecino, que no pone pucheros, solo me ignora y nunca me devuelve los buenos días. Pero no, tampoco voy a profundizar en este sentido, ni vosotros sois psicoanalistas, ni esta columna es un diván el que amplificar mis neuras.
Entonces me acordé de Humpty Dumpty, el huevo con corbata o cinturón en Alicia en el país de las maravillas y su fiesta de no cumpleaños, que celebraba todos los días, excepto el día del cumpleaños. Y puestos, ¿porqué no un artículo de no opinión?