Pablo Ximénez de Sandoval Es la desigualdad, estúpido Me van a perdonar que utilice para titular uno de los clichés políticos más manoseados por la prensa. Soy el primero al que le irrita este abuso. Pero aquella frase acuñada por un asesor de Bill Clinton hace tres décadas (it's the economy, stupid) sigue manteniendo su potencia para señalar cuestiones tan capitales que explican prácticamente solas muchos de los problemas que preocupan a los ciudadanos. Y tras la crisis de la pandemia, en 2021 esa palabra bien podría ser desigualdad. Este reportaje da una idea de la situación en España, donde los ingresos del 10% más rico pasaron de ser cinco veces mayores que los del 10% más pobre a ser 15 veces superiores lo peor de la crisis. Ahora es ocho veces, pero la herida del parón económico amenaza con convertir la desigualdad en un problema crónico. A finales de 2020, el 27% de los españoles estaba en riesgo de pobreza o exclusión. “La magnitud del problema está sobre todo detrás de las cifras: el drama humano se abate de nuevo sobre quienes menos resistencias acumuladas, materiales e inmateriales, poseen”, dice el editorial de EL PAÍS de este jueves. “Las consecuencias destructivas de la pandemia y la reducción de la brecha son razones de peso para reconsiderar la cultura fiscal española y asumir políticamente que el único instrumento para revertir la desigualdad de forma eficaz pasa por aumentar la presión fiscal: la desigualdad crónica es hoy la lacra más dañina de la sociedad española. Solo los impuestos permiten potentes políticas sociales y redistributivas, y España sigue por debajo tanto de la presión fiscal media de Europa como de la que le corresponde como Estado social y democrático de derecho”. Sobre el peligro de una desigualdad crónica y la pérdida de esperanza de los que menos tienen, tres lecturas más: - Este análisis de Andreu Missé sobre las medidas necesarias para reducir la brecha: “La desigualdad no es solo una cuestión de diferencias de renta entre ricos y pobres. La desigualdad mata”. - Este otro, de Andrea Rizzi, alertando de cómo la transición verde, necesaria y urgente, puede empeorar las cosas: “En sociedades ya polarizadas por los efectos de la globalización, la apuesta por la ecología puede espolear el malestar ciudadano”. - Y uno del economista Manuel Hidalgo, sobre las consecuencias políticas a largo plazo: “La polarización se puede interpretar como la desafección hacia un sistema económico que ha defraudado”. Estas son nuestras propuestas de lectura de Opinión de hoy: EDITORIALESSolo la elevación de la presión fiscal y la mejor redistribución podrá revertir la brecha que hoy aumenta el empobrecimiento de los más pobres. La acción cultural de la RAE y el Instituto Cervantes abandonaron hace años cualquier pretensión prescriptiva o normativa en Iberoamérica. TRIBUNASEl constitucionalista y antiguo portavoz de ERC Joan Ridao analiza las recientes decisiones del TC contra el Gobierno en pleno proceso de renovación: “Lo relevante a partir de ahora es cómo va a abordar este órgano todavía contramayoritario la agenda de asuntos pendientes, y si la mayoría conservadora va a porfiar, o incluso acelerar, sus correctivos hacia el Gobierno y sus socios”. El periodista Luis Rodríguez Aizpeolea, experto en los años que desembocaron en el final del terrorismo, defiende que frente a las quejas por una supuesta ambigüedad en el relato, “los demócratas vascos están ganando terreno en la batalla por la deslegitimación de ETA”. NUESTRAS FIRMASA la ciudadanía le cuesta asumir que los gobernantes ni están siempre en condiciones de hacer lo que se proponen, ni tienen siempre intención de hacer lo que dicen. Por Josep Ramoneda Las cambiantes normativas y su aplicación autonómica tienen una idealidad tan pictórica que terminan siendo insolentes. Por Lola Pons Podremos intentar ser felices en Meta, pero la verdad del planeta Tierra seguirá esperándonos como la madrastra a las 12. Por Berna González Harbour |