Revista España
Huir hacia delante es no asumir la realidad, no racionalizar las propias contradicciones intentando avanzar un paso más a toda costa, un bucle del que no puedes salir porque cada mentira te lleva a otra mayor y al final emites tanta información que esperas que la verdad se camufle entre la falsedad y diluida en ella pase desapercibida.Este camino de infinita reiteración lo comenzó hace meses Rosa Romero. Un día cualquiera se levanta diciendo que ha cumplido todo su programa electoral… y no pasa nada. Que otro día le apetece acusar sin pruebas de que está siendo espiada… y no pasa nada. Que esta semana uno de sus concejales va a declarar a los juzgados al estar imputado por cohecho y falsedad documental… y no pasa nada.
No sé si usted, lector, estará de acuerdo conmigo, pero esta precampaña electoral está siendo de las más feas, duras y vacías que recuerdo. A principios del pasado noviembre mi compañera Pilar Zamora escribía en un artículo ‘Rosa Romero y todo su equipo van a rebajar el nivel del debate público’… ‘para seguir forzando que parezca una confrontación a cara de perro’. No se equivocaba, si alguien no tiene ideas, busca la bronca, si no sabe qué argumentar, insulta.Cuando éramos críos, nuestros padres nos regañaban y muchas de esas ocasiones era por algo que sabíamos que habíamos hecho mal. Nosotros, al menos yo así lo hacía, si nos veíamos sin argumentos salíamos corriendo y llorando a encerrarnos en nuestra habitación. La Alcaldesa está justo en ese punto, salvo que la puerta que cierra no es la de su habitación, es la de su despacho y su defensa no es el llanto, es la difamación. Lo que debería recordar Rosa Romero es que cuando de niños llorábamos así era porque sabíamos que habíamos obrado mal y que al final nuestros padres casi siempre tenían razón.Estoy realmente cansado de leer y hablar sobre espías, sobre juicios y sobre escándalos. Este debería ser el momento de las ideas, del debate, el punto en el que cada cuatro años todos los ciudadanos reflexionemos para asumir juntos nuevos retos. Con la que está cayendo nadie debería albergar duda alguna sobre qué es lo que hay que hacer: escuchar a cuantas más personas mejor, utilizar todas las herramientas que existan para crear debate y generar ideas y luego basarnos en esas ideas para poner en marcha un ambicioso proyecto que mejore nuestra vida diaria.Sin embargo aquí estamos, viendo a una Alcaldesa que lleva meses en su huída hacia delante, escuchando a los miembros del Equipo de Gobierno enfrentarse a cualquier otra Administración que se les ponga a tiro y esperando a que una nueva barbaridad nazca de los labios de Rosa Romero.Carlos Contreras