En esta ocasión, dedicamos la sección a Sabina Puértolas, una de las sopranos españolas con mayor proyección internacional, aclamada por sus interpretaciones de un extenso repertorio, que incluye ópera, música barroca y zarzuela.
Nacida en Zaragoza, creció y estudió en Navarra. Su formación musical comenzó en el Conservatorio Profesional de Música “Pablo Sarasate”, de Pamplona. Posteriormente, se trasladó a Italia con una beca otorgada por el Gobierno de Navarra, para continuar sus estudios en la Accademia Musicale Chigiana (Siena) y en la Accademia Verdiana del Teatro Regio (Busseto). Allí estuvo tutelada por Carlo Bergonzi y recibió clases magistrales de Victoria de los Ángeles, Miguel Zanetti y Dafne Evangelatos.
UNA SOPRANO DE PROYECCIÓN INTERNACIONAL
En el año 2001, debutó profesionalmente en el Teatro alla Scala de Milán, bajo la dirección del maestro Riccardo Muti. En aquella ocasión, interpretó el papel de Óscar en la ópera Un ballo in maschera, de Verdi. Desde entonces, su carrera profesional ha sido imparable.
En 2013, actuó por primera vez en la Royal Opera House de Londres, donde dio voz al personaje de Lisette en La rondine, de Puccini. Más adelante, protagonizó el papel de Despina en Così fan tutte, de Mozart.
Otras interpretaciones que han contribuido a su merecida fama internacional son las de la Contessa di Folleville en El viaje a Reims (Rossini), Marie en La hija del regimiento (Donizetti), Fiorilla en El turco en Italia (Rossini), Gilda en Rigoletto (Verdi), Amina en La sonnambula (Bellini), Susanna en Le nozze di Figaro (Mozart), Adina en L’elisir d’amore (Donizetti), Rossina en Il barbiere di Siviglia (Rossini), Poppea en L’incoronazione di Poppea (Monteverdi) y el papel protagonista de Rodelinda (Händel).
Como una de las sopranos españolas más reconocidas y aclamadas, ha cantado bajo las órdenes de maestros como David Curtis, Christophe Rousset, Alain Guingal, Gianluca Capuano, Jesús López-Cobos, Paolo Arrivabeni, Jean-Christophe Spinosi, Alan Curtis, Ivor Bolton o Antonino Fogliani, entre otros.
LA ZARZUELA, UN GÉNERO NO TAN CHICO
Sus actuaciones se han podido disfrutar en teatros y auditorios de todo el mundo, como la Royal Opera House de Londres, el Teatro Municipal de Santiago de Chile, la Ópera de Seattle (Estados Unidos), el Teatro del Capitolio de Toulouse (Francia), o el Centro Nacional de Artes Escénicas de Beijing (China), así como en escenarios de París, Viena, Washington, Lieja Burdeos, Nantes, Ámsterdam, Verona o Tokio.
En España, ha cantado en el Teatro Real de Madrid, el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, el Teatro de la Zarzuela, el Teatro Arriaga de Pamplona, el Palacio Euskalduna y el Teatro Arriaga (ambos en Bilbao), además de actuar en auditorios de Valencia, Oviedo, Valladolid, Jerez, Las Palmas de Gran Canaria y Tenerife, entre otras ciudades.
Ha trabajado bajo la batuta de los directores más prestigiosos, entre los que se encuentran Ivor Bolton, Semyon Bychkov, Jean-Christophe Spinosi o Claus Guth, por citar solo unos pocos.
Ganadora del concurso Operalia en la categoría de zarzuela, se alzó también con el triunfo en el concurso Ricardo Zandonai, el Premio Nacional de Jóvenes Intérpretes de Juventudes Musicales y los premios Luis Mariano, Francisca Quart y Manuel Ausensi.
La zarzuela es una de las grandes pasiones de Sabina Puértolas. Con este género, que no duda en reivindicar, ha cautivado al público en producciones como La tabernera del puerto, Doña Francisquita, Luisa Fernanda, La generala, La del manojo de rosas, Marina, El asombro de Damasco o La Gran Vía.
NUESTRA ENTREVISTA CON SABINA PUÉRTOLAS
Como es habitual, nos entrevistamos con Sabina Puértolas para conocer algunos detalles de su infancia, su trayectoria profesional y sus impresiones sobre el panorama musical actual.
1. ¿Cuál es el primer recuerdo que tienes con un piano?
Mis padres me regalaron un piano cuando estaba en preparatorio de piano. En aquella época, era obligatorio escoger un instrumento y yo elegí el piano. Tenía alrededor de nueve o diez años, así que ya hace 40 años que lo toco. Yo tengo aquí en casa un piano y el que utilizaba para practicar de pequeña está en casa de mis padres. Me trae muchísimos recuerdos. Tenía un sonido muy especial.
2. ¿Sabina Puértolas siempre quiso ser cantante u otros instrumentos le picaron la curiosidad antes que la voz?
En Navarra, todo el mundo canta. Entonces, no es que yo quisiera ser cantante lírica desde el principio. Cantar, seguro que sí, porque yo he cantado siempre. En el colegio donde yo estudiaba, que era un colegio de monjas, cantábamos en la iglesia y en el coro de chicas. Después, pasé a cantar jotas. Fue un poco el destino el que me llevó a entrar en el conservatorio, el que hizo que me picara el gusanillo de entrar en un coro en Tafalla y, más adelante, estudiar canto.
Empecé muy jovencita y la verdad es que cuando empiezas a estudiar canto, tampoco tienes claro que quieres ser una cantante lírica. Sí, quizás lo soñaba, pero yo he sido siempre muy intuitiva y curiosa, así que nunca me he puesto una meta concreta delante, sino que he ido saltando obstáculos y disfrutándolo cada vez que lo hacía. Ningún otro instrumento. Yo solo he tocado el piano.
3. ¿Es importante que un cantante tenga nociones pianísticas?
Te facilita la vida, ya que las partituras de voz lírica (de óperas, de oratorios, de zarzuelas…) están escritas para canto y piano. Por tanto, es muchísimo más fácil estudiar. Si hubiera tocado el violín o hubiera tocado cualquier otro instrumento, me habría resultado un poquito más duro. Al estudiar con el piano voy muchísimo más rápido.
4. Recientemente, has grabado un CD, junto a Rubén Fernández Aguirre, que nos descubre el universo musical de Emilio Arrieta. ¿Cómo dibuja Arrieta con el piano los paisajes en los que la voz deslumbra? ¿Qué siente un cantante cuando el compositor entiende las voces y sabe manejarlas en la música?
Emilio Arrieta componía de una manera que te ayuda a expresar con los colores de la voz o con los colores del piano lo que en ese momento el personaje está diciendo. Eso te lleva a que, cada vez que interpretas o estudias una pieza de Arrieta, encuentres más espacios donde poder expresar más. Además, técnicamente es muy complicado, ya que, al menos en este disco, cada pieza que elegimos es un universo operístico en sí mismo, no solamente por la historia que cuenta, sino por la dificultad que supone. Son piezas muy complejas de cantar y también de acompañar al piano.
Es más excitante o interesante cuando te hallas ante una pieza donde el compositor trata la obra pensando en que la van a cantar. Es diferente una melodía que está tocada por un instrumento que una melodía que está interpretada por una voz, ya que técnicamente es completamente distinto y las dificultades también varían. Entonces, cuando te encuentras con un compositor que te ayuda y te lleva al clímax de la obra sin tener que forzar, o que te ayuda con las melodías al piano, o con la propia orquesta, que te sostiene y que te ayuda a llegar al final… es realmente una gozada. Es un crecimiento maravilloso como cantante poder expresar teniendo a la composición de tu parte
5. ¿Qué cuestiones diferencian el canto cuando la voz se enfrenta a una orquesta y cuando lo hace a un piano?
Yo siempre he tenido muchísimo miedo a dar conciertos a piano porque creo que allí la voz está completamente desnuda. Aunque el caso de Rubén Fernández Aguirre es excepcional (diría que es un músico perfecto, que te saca una cantidad abrumadora de colores con el piano), nunca llega a ser comparable al sonido de una orquesta. Por lo tanto, tiene que haber una simbiosis entre los colores del piano y los colores de la voz. Tienes que trabajar un poquito más para expresar y para que llegue al público.
6. En un mundo en el que cualquier espacio comienza a convertirse en sala de conciertos, ¿crees que el recital para piano y voz será el modo más cercano de conseguir que la música clásica llegue a nuevos públicos?
Bueno, es cierto que en cuestiones económicas es mucho más fácil organizar conciertos de piano que conciertos con orquesta. Por el espacio, por la cantidad de músicos…, es complicado. Es verdad que los conciertos de piano y voz son mucho más cercanos al público. Yo he dado muchos conciertos donde siento las miradas y siento el interés que tiene el que me está escuchando… En un concierto con piano todo resulta mucho más íntimo. Por eso decía anteriormente que existe mayor dificultad al hacer conciertos de piano y voz, porque te encuentras tú sola con el piano que te apoya, pero tienes que expresar el doble y debes tener intenciones, muchas más intenciones que con orquesta.
7. Ahora, en junio, llegas al Teatro de la Zarzuela para meterte en la piel de Doña Francisquita. Si doña Francisquita hubiera vivido en 2024, ¿cuáles serían sus canciones más reproducidas en Spotify? ¿Y las de Sabina Puértolas?
Doña Francisquita es una mujer moderna, así que yo estoy convencida de que estaría escuchando las canciones que canta y que escucha mi hijo, como pueden ser el reguetón, la salsa…, música moderna. Francisquita sería una mujer adelantada a su tiempo, muy feminista, actual y capaz de conseguir lo que se propone.
Yo soy muy tradicional. Así que, aparte de la ópera y la zarzuela, que escucho en mi vida diaria, me gustan mucho los boleros, las canciones de los 70 y 80; la música de la movida madrileña me encanta, tiene mucho que ver conmigo. También la música italiana, ya que estuve estudiando muchos años en Italia y soy una fan incondicional de Mina.
8. ¿Qué supone, más allá del reconocimiento, que la zarzuela haya sido declarada Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial?
Creo que es un toque de atención a todos los que todavía no saben o no se quieren enterar de que existe una música que nos representa a todos, que es la zarzuela. Una música que, cuando suena fuera de España, la gente se pone en pie porque tiene unos ritmos que son puramente nuestros, que están en nuestro ADN. Creo que esta declaración, aparte de proteger el género, lo reivindica como algo nuestro que tiene que seguir siendo apoyado y que tiene que seguir siendo exportado a otros países fuera de España. Al igual que aquí hacemos ópera italiana u opereta vienesa, hay que hacer ópera española fuera.
9. ¿Existe la “zarzuelofobia”?
Pues, seguramente sí. Hay quien piensa que la zarzuela en general es un género chico y que es mucho más interesante escuchar, por ejemplo, una ópera verdiana. Igual que existe la “barrocofobia”. Creo que la zarzuela es un género maravilloso que hace que las voces suenen fantásticamente bien. Hay músicas que, a lo mejor, llevas años sin escucharlas y que cuando las escuchas de nuevo, te acercan reminiscencias de tu infancia y hacen que a la gente le embargue un sentimiento de felicidad y de tranquilidad. O sea que, si existe, habría que educar a la gente sobre la idea de que la zarzuela no es un género menor y que está a la altura de cualquier otro compositor de cualquier otro país del mundo.
10. Tu salón lo corona un magnífico piano de cola. ¿Cómo llegó a tu casa y de qué forma te decidiste a comprar ese piano?
Cuando vine a vivir a Madrid, me compré mi primer piano y ahora tengo el segundo. Es una necesidad vital para mí tener un piano en casa porque no solamente estudio con él, sino que me relajo tocando. También, cuando alguien viene a casa como invitado, toca el piano. Siempre encuentro la manera de que la música sea el centro de cualquier fiesta.
11. ¿Qué consejo le darías a la joven Sabina que quiere ser cantante de ópera?
Que no se precipite, que siempre se puede decir “no”. Que piense en que hay que prepararse a conciencia siempre y que lo está haciendo muy bien. Yo creo que tuve la suerte de estar muy bien rodeada, de tener amistades no solamente dentro de la música, sino también fuera de la música. Y eso ha hecho que esa Sabina joven haya crecido con equilibrio y sea la Sabina que es ahora, la que es amiga de sus amigos, de su familia, y que disfruta la música por encima de todo.
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