Según un estudio de la Universidad de Boston
(1) por cada punto de incremento del IMC (Índice de Masa Corporal) aumenta hasta un 11%el daño en el cartílago (artrosis) y es que el sobrepeso y la consecuente sobrecarga que deben soportar las rodillas condiciona el desarrollo de la artrosis con el consiguiente dolor y la consiguiente limitación de movimientos.No sólo la aparición sino también el desarrollo de la enfermedad se ve claramente influenciado por el sobrepeso. Según otra investigación realizada (2), una dieta rica en grasas acelera la progresión de la enfermedad. El mismo estudio sugiere que el exceso de peso y la diabetes tipo 2 y la consecuente desregulación metabólica es un factor que influye y mucho en la degradación de los cartílogos (artrosis).
La obesidad también interfiere en el tratamiento quirúrgico de la artrosis.Aunque el tratamiento inicial de la artrosis no es quirúrgico, en casos graves en necesario implantar una prótesis de rodilla que sustituya la articulación afectada.
Según un artículo publicado recientemente en el Journal of Bone and Joint Surgery (3) los pacientes con obesidad tienen un mayor riesgo de complicaciones mucho mayor tras la implantación de una prótesis de rodilla. De este modo el porcentaje de infecciones post-operatorias después de la sustitución de rodilla en pacientes obesos duplica al de los pacientes no obesos.
Prevención:De nuevo, la prevención de esta enfermedad crónica provocada por la degeneración y/o desgaste de las articulaciones, pasa por controlar el peso.
Diferentes investigaciones demuestran que la pérdida de peso en personas con obesidad (cuando la artrosis ya existe) retrasa la progresión de la enfermedad y alivia o disminuye los síntomas de la misma.