Aunque eso es mucho decir, ya que la oportuna tregua —por fortuna— duró el tiempo justo y necesario para que pudiéramos desarrollar la actividad sin ningún tipo de problema. Además, veníamos de un aplazamiento previo de la misma, porque la idea inicial era convocarla para el día 8. Pero eso es agua pasada...
Foto de grupo de los y las participantes en la actividad
Después de todo, la cosa no salió tan mal... Puntualmente fueron llegando los y las participantes al punto de encuentro, el aparcamiento del observatorio ornitológico de Salcidos. Por fin reunidos, no perdimos la oportunidad de tomarnos una foto grupal antes de que nuestras cabezas se llenaran de pájaros. Sorteamos las guías cedidas por ANABAM, hablamos de bosques de ribera y aprovechamos para firmar alegaciones contra el proyecto 'Torona', el tercero de los parques eólicos en tramitación de los previstos en la Serra da Groba, actualmente sometido a información pública.
Algunos de los participantes en la playa de A Armona
Con los deberes hechos, podíamos emprender la caminata... La isla Canosa y Forno do Duque fueron nuevamente los puntos querenciosos de observación, lugares cuya elevada presencia de aves obliga a detenerse para gozar del espectáculo. Aguiluchos laguneros, cormoranes grandes, zarapitos real y trinador, correlimos tridáctilo o garcetas comunes fueron los grandes protagonistas en estas zonas. También escuchamos la "voz" de aves invisibles como el rascón, una especie desconocida para la inmensa mayoría.
La inseparable guía de campo nos sirvió en varias ocasiones para poner cara a las aves cuya identificación resultó ser confusa. Por no hablar del batiburrillo de nombres en castellano, gallego y latín, cuya complejidad provocó momentos desternillantes... Sin embargo, nada robó el entusiasmo y las ganas de aprender de todos los asistentes. No pretendíamos profundizar en el conocimiento de las especies —algo que llevaría años— sino mostrar la extraordinaria riqueza natural que alberga el estuario del Miño.
Marismas de Salcidos
Ya en Camposancos, no faltó una magistral lección de historia por parte de Jorge, de asociación A Jalleira, que desveló la importancia del antiguo colegio de los Jesuitas como germen de la Universidad de Deusto, así como su empleo como campo de concentración durante la Guerra Civil española. Al pie del imponente edificio, que languidece olvidado, atendimos a las interesantes explicaciones.
Poco antes, frente a los astilleros Joaquín Castro de A Pasaxe, pudimos comprobar como la incidencia de luz solar puede hacer variar notablemente el color del plumaje en aves como la cerceta común. De esta forma, bajo la luz adecuada, los machos de esta especie lucen un verde y llamativo antifaz que destaca sobre su rojiza cabeza. Por el contrario, bajo un cielo plomizo, esta parecerá completamente negra. En este caso, varios ejemplares exhibían sus mejores galas a pocos metros de nuestra posición, permitiéndonos estudiarlos detenidamente.
Archibebe claro y macho de cerceta común
Desde este punto, el telescopio de Oscar, —que a la postre daría mucho juego— nos descubrió imágenes insólitas como las de un cormorán tratando de engullir una solla, plato favorito de estas enormes aves, que no por abundantes dejan de llamar la atención...
Tras una merecida pausa para el descanso y la charla, visitamos el último lugar de observación, la playa de A Armona, donde teníamos previsto poner punto y final a la ruta. ¡Y vaya forma de hacerlo! La marea acompañaba, y la bajamar destapaba para nosotros la gran extensión de lodo que ocupa su superficie. El paraíso de las limícolas. A las especies citadas más arriba, habría que añadir los ostreros, los ánades frisos o los silbones, entre otros. A lo lejos, el perfil de las grandes rocas aparecía desdibujado por la silueta de infinidad de aves.
Vista desde la playa de A Armona, con Portugal al fondo
Pero lo mejor estaba por venir... La calma reinante hacía presagiar la llegada de la reina. El vuelo del águila pescadora nos sorprendió cuando ya pensábamos que estaba todo el pescado vendido. Pero todavía quedaba un poco para el almuerzo de nuestra amiga. Y venía a por él... Tras varios intentos fallidos, un certero lance acabó con una buena solla ensartada en las garras de la rapaz.
Debía de pesar y resistirse mucho la presa, ya que el águila se vio obligada a aterrizar en un arenal cercano para rematarla. Fuimos privilegiados testigos de como el pez daba los últimos coletazos de su vida... Mientras tanto, avisados por el pitote, gaviotas patiamarillas y cornejas acudían al banquete con una clara intención. Conseguir comida fácil. Tres beligerantes córvidos fueron suficiente para poner en fuga a la reina de la marisma, que no tuvo más remedio que buscar otro sitio para comer.
Secuencia completa del lance del águila pescadora, desde que atrapa a su presa hasta que es ahuyentada por un grupo de cornejas
Y así dimos por finalizada la jornada... De la misma forma que en la primera edición de 'As Aves do Inverno'. Con los vertiginosos picados del aguila pescadora. La paciencia de los participantes que aguantaron hasta el final se vio recompensada con creces. ¿Qué más se puede pedir? Muchos apuraron incluso hasta pasadas las 17 h. de la tarde, conscientes de haber exprimido al máximo su estancia en el Baixo Miño. Otro día más, pero no mejor... ¿O si?
A continuación se muestra una relación tanto de las especies observadas como del número aproximado de ejemplares por especie (entre paréntesis): Garceta común, Aguilucha lagunero occidental (1), Águila pescadora (2), Ratonero común (1), Cormorán grande, Cormorán moñudo (4), Archibebe claro, Andarrios chico, Cerceta común, Zarapito real, Zarapito trinador, Garzar real (2), Tarabilla común, Correlimos común, Correlimos tridáctico (<100), Chorlito gris, Jilguero lúgano (<20), Zampullín cuellinegro, Gavión atlántico (1), Gaviota patiamarilla, Gaviota reidora, Garceta grande (1), Ánade azulón, Ánade friso, Silbón europeo, Ánade rabudo, Ostrero euroasiático (1), Jilguero, Mirlo común, Gorrión común, Pinzón vulgar, Bisbita pratense, Charrán patinegro, Lavandera blanca, Colirrojo tizón, Corneja común.