El otro día tuve el extraño placer de ver “Asalto al poder”, no esperaba que fuera gran cosa y la verdad sólo el hecho de que Jamie Foxx fuera el coprotagonista me animó a verla.
Algo me decía que el único atractivo de la cinta era ver saltar por los aires la Casa Blanca, ver como el Air Force One se convertía en Air Force Half y la falsa ilusión de que habría por detrás alguna trama de conspiración más o menos digerible.
Y no estaba equivocado. Los efectos especiales a base de explosiones y ver cómo se destruían aviones, coches blindados, tanques, helicópteros en los jardines de la casa blanca estuvieron algo exagerados pero espectaculares. Tan exagerados en ocasiones que la película de acción me terminó pareciendo una comedia, casi al estilo Top Secret o Aterrizas como puedas.
La conspiración para quitarse del medio a un presidente -Jamie Foxx, con aire Obama, pero metido a Harrison Ford en Air Force One- es difícilmente catalogable. Digamos que es la excusa para una película con tiros, carreras, explosiones, y el lucimiento (bueno, tampoco es eso) de Channig Tatum.
A ver si a alguno le suena el argumento real de la película. Un policía duro, que ha sido condecorado en el ejército, pero que no se adapta bien a las normas y se pasa por el arco del triunfo la autoridad, taciturno y en ocasiones socarrón, se lleva mal con la mujer y quiere recuperar a su hija que le acusa de ser mal padre; se ve envuelto de repente y por casualidad en una trama de terrorismo internacional (en la que al final del todo OJO SPOILER: su jefe es el malo, malísimo que ha orquestado todo. FIN SPOILER). Y claro el amigo Tatum es el único que tiene redaños para enfrentarse el solito a un comando de mercenarios del este que tienen armas como para obligar a hacer yoga al increíble Hulk. Y por si fuera poco se encuentra por ahí un negro, que encima resulta que es el presidente de la Estados Unidos, le salva la vida y se hacen colegas. Tanto que hasta le ayuda a recuperar a su hija, secuestrada por los malos. ¿Te suena? Pues si no te termina de sonar un argumento parecido, imagina que los actores son Bruce Willis y a Samuel L. Jackson.
¡Eso es! Asalto al Poder es una nueva entrega de la Jungla de Cristal. Pero hay que reconocer que Bruce Willis lo hace mucho mejor.
De modo que si quieres pasarte casi dos horas de explosiones, tiros, carreras, sin ninguna aspiración más, te entretendrás; aunque te recomiendo que vayas con algún amigo de los que hace comentarios ocurrentes y agudos, así por lo menos compensas la falta de gracia de Tatum.