Cuando se examina la filmografía de los actores que, a lo largo del tiempo, han sido reconocidos por su gran talento, siempre se encuentra que han realizado trabajos que están por debajo de sus posibilidades. Lo usual es concluir que, de seguro, necesitaban dinero, por eso aceptaron tal o cual papel.
Si se piensa en el nivel de vida que adoptan las estrellas: Viajes, fiestas, mansiones, joyas, ropa de diseñador, comidas de alta cocina, entre otros; y luego se hace un cálculo superficial de lo que facturan por película: entre un millón y veinticinco millones de dólares (dependiendo de la etapa en la que se encuentren; si han ganado un premio importante, el Oscar o el Globo de oro, por ejemplo, su cotización sube), y a eso se agrega lo que puedan ingresar por contratos de publicidad, resulta que las cantidades no son tan estratosféricas; por eso los pobrecitos se ven obligados a aceptar papeles de baja categoría, a cambio de tener trabajo constante.
Lo anterior es mera suposición, en la vida real hay otros factores que influyen en la calidad del trabajo de los actores: el guión, el director, la estado físico, la construcción del personaje, cosas por el estilo.
Dos pesos pesados de la actuación: Denzel Washington y John Travolta, son los protagonistas de: Asalto al tren Pelham 123. Los dos han tenido una carrera con altibajos, principalmente el segundo, pero el talento de ambos es innegable. A pesar de ser mencionados de forma consistente entre los más influyentes de la industria del cine, es común verlos en cintas menores, en las que apenas se percibe su real capacidad; esta del tren es una de ellas.
La trama gira en torno al secuestro de un vagón del metro, en una de las principales vías del sistema de transporte de New York. El desarrollo de los hechos es el tradicional: el secuestrador exige una cantidad de dinero y las autoridades deben cumplir con sus demandas. Travolta es el villano y Washington es, por azares del destino, el negociador. El reparto lo completan John Turturro y James Gandolfini. Con semejantes nombres se esperaba, como mínimo, buenas actuaciones; pero no sucede así.
El filme sufre las deficiencias del guión y la poca habilidad del director para aprovechar la capacidad de los actores. Aun así lo más rescatable es el trabajo de Travolta y Washington, a pesar de mantenerse la mayoría del tiempo, el primero en una atmósfera de penumbra, en la que apenas se ve de cuerpo entero; y el segundo, sentado, sin tener espacio para mostrar su expresión corporal.
Los roles secundarios son los que más padecen: Turturro interpreta al negociador oficial, pero entra pocas veces en escena y cuando lo hace, de inmediato queda de simple comparsa. Gandolfini personifica al alcalde de New York, su papel es pequeño y caricaturesco.
Asalto al tren Pelham 123, título en español para The taking of pelham 123, dirigida por Tony Scott (Man on fire, Deja vu), es una producción con pocos momentos lúcidos, por lo que el resultado final, aunque tiene dosis de acción y entretenimiento, deja poco para el recuerdo.
Calificación 5/10