Revista Coaching

Asamblea en la carpintería

Por Jpviola

Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea.Asamblea en la carpintería
Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias.
El martillo ejerció presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar.
¿La causa? ¡Hacía demasiado ruido! Y además, se pasaba el tiempo golpeando.

El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió expulsión de la lija.
El tornillo hizo ver que la lija era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás. Y la lija estuvo de acuerdo. Pero su condición era que también fuera expulsado el metro, que siempre se la pasaba midiendo a los demás, según su propia medida, como si él fuera perfecto.
En ese momento entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro, el tornillo… Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un fino mueble. Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces, cuando el serrucho tomó la palabra:
“Señores – dijo – ha quedado demostrado que todos tenemos defectos. Pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos débiles y concentrémonos en lo que podemos dar con nuestros puntos fuertes”.

Concentrarse en los puntos fuertes de cada uno… esto es esencial para lograr un buen trabajo en equipo. De eso se trata. Cada uno tendrá algo único para aportar. Y de la suma de esos aportes, bajo la orientación de un guía (líder/”carpintero”), se obtendrán los resultados… resultados que por separado, o con ausencia de algún integrante (o de alguna “herramienta”, para seguir con la fábula), no podrían lograrse. Solemos tener un nombre para denominar este fenómeno: SINERGIA de los equipos de trabajo.

Si intentamos ejercer cualidades de liderazgo, podemos hacerlo también siendo parte integrante de un equipo de trabajo… y no necesariamente, teniendo el “título” de líder de ese equipo. Estaremos ejerciendo liderazgo de nosotros mismos, siempre que seamos conscientes de esta dinámica necesaria para el trabajo en equipo. Deberemos estar atentos para identificar cuál es la mejor de nuestras cualidades… y ponerla al servicio del equipo. También podemos contribuir estando atento a detectar las cualidades de los demás, y ayudarlos a ponerlas también al servicio. Sacando lo mejor de cada uno de los integrantes es como lograremos cumplir con las metas del equipo.


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