On » lunes, 11 de marzo de 2013 //
In »
Bariloche '13
Despertamos con un día que prometía bastante calor. Muy tranquilos cargamos todo nuevamente y nos dirigimos a cruzar el puente colgante para llegar a la ruta que nos llevaría a Pampa Linda.
El colectivo pasaba como a las 9:30hs, cosa que no llegábamos a tomar, por lo que no queda otra que hacer dedo. Eran muchos los autos que pasaban, alguno nos tenia que cargar.
Con un poco de suerte, casi por sorpresa un par de chicos en un 206 se ofrecieron a llevarnos. Con todo el equipo que teníamos aun desconozco como entraron todas las cosas en ese auto.
A las 14:00hs estábamos en Pampa Linda almorzando y disfrutando el sol radiante del día. Aprovechamos para pasar por informes y registrar el trekking al tronador en la oficina de guardaparques.
Como de costumbre hicimos una noche de vivac para salir temprano a la mañana siguiente. Por una cosa o la otra terminamos saliendo a las 10:30hs, nadie nos apuraba, por ahora. Se estima un tiempo de entre 4 y 6 horas de subida hasta el refugio. La idea era llegar para el medio día para ahorrarnos el sol que estaba pegando fuerte.
Toma unos 30 minutos llegar al puente desde donde comienza a subir el camino en caracol. Es un ascenso parejo y constante durante gran parte del recorrido.
El primer tramo del camino está muy mantenido y se ven huellas de una camioneta. Es la que utilizan para subir los alimentos para el refugio (no llega hasta arriba). Es necesario llevar por lo menos un litro de agua por persona para ir bebiendo en el camino. De todos modos hay varios arroyos por donde se puede ir cargando agua. Estos arroyos, deshielos y vertientes mantienen la zona con bastante humedad, dejando algunos tramos con barro y dificultando el paso para los que vallan más cargados.
Para las 12:30hs, estábamos en el último tramo del caracol. Hay un pequeño descanso ideal para cargar agua y seguir. A partir de este momento el camino deja de ser ancho y comienza a parecer una senda muy marcada por caballos.
La pendiente es muy constante durante todo el recorrido por lo que fatiga bastante los músculos posteriores de las piernas no deja descansar un minuto. Les recomiendo que en cuanto encuentren algún buen tronco tirado aprovechen para sentarse un rato y descansar los gemelos.
El día estaba muy caluroso y cómo el camino está muy metido entre los arboles no corre una gota de viento. Para esta hora el sol ya estaba calentando y se comienzan a escuchar de tanto en tanto los estruendos del Tronador y el porque de su nombre sale a la luz enseguida.
A las 13:30hs estábamos en Almohadilla, donde termina el caracol y se puede sentir un poco de viento fresco que deja respirar. Hacía un rato que los tábanos ya estaban entre nosotros y no paraban de dar vueltas al rededor. No es mala idea salir temprano para aprovechar el clima más fresco y la ausencia de tábanos.
Media hora después se termina la sombra de los árboles y se presenta el pedrero frente de nosotros. Todavía nos separan varios metros de rocas ásperas y áridas hasta el refugio. El sol está cada vez más fuerte, por lo que les recomiendo que vallan bien cubiertos y con el protector a mano. También no es mala idea tener un buen par de anteojos de sol.
A mitad de camino hay un muy buen lugar para cargar agua y aprovechar para descansar un poco. Desde ahí ya se puede empezar a disfrutar de una muy buena vista al Glaciar Castaño Overo. Luego ya queda poco con algunos pasos sobre nieve congelada para enero. El pedrero no afloja hasta que se comienza a ver el refugio.
Al llegar al refugio (15hs) se suele encontrar buen clima, con unas 30 personas que van rotando todos los días. El refugio por dentro está muy bien mantenido y da gusto llegar a un lugar como ese después de la marcha.
Detrás del refugio se mantiene la zona de acampe que se cobra $30 (a partir del 2013), te permiten utilizar los baños y pasar el rato dentro del refugio.
El día de ascenso lo dejamos para descansar, comer algo y dar unas vueltas sin peso para estirar las piernas. Buscamos una buena pirca y plantamos la carpa a los pies de los hielos que bajan del Tronados.
El clima nos acompaño bastante durante todo el día, tal vez bastante. El calor se sentía y a la noche no bajaba mucho la temperatura a pesar del viento constante que corría desde la cumbre. Al otro día nos levantamos fuimos al refugio a desayunar ($30) y nos quedamos a ver que podíamos ir a visitar.
No hay muchas opciones, subir, ir al glaciar Castaño Overo o ir al Alerce.
Cómo parecía el más fácil, bajamos del refugio a la derecha camino al Castaño Overo. No teníamos equipo para tránsito sobre el glaciar por lo que llegamos hasta la primera grieta que encontramos, la vimos muy profunda sacamos algunas fotos y no quedaba otra que dar la vuelta a comer. Cuando caminábamos sobre las figuras del Tronador se podía notar el gran nivel de deshielo que sufre a estas épocas del año. Era sorprendente la manera en la que se desprendía agua y te hace pensar sobre el equilibrio del ecosistema.