Camino de subida y bajada de Podemos. Logró las mayores cotas en expectativas de voto a finales del año pasado y principio de 2015, desde entonces comenzó a caer según reflejan las encuestas, hasta hoy que parece situarse tras PP, y PSOE, y el fulgurante ascenso de C’s. Para un partido nuevo como Podemos, las expectativas siguen siendo extraordinarias, a pesar de que mucha gente lo valore como un fracaso, dado que vivieron durante meses un pico de sobreexcitación.
En parte era previsible, -lo desarrollé en mi libro publicado en enero de 2015, 'Podemos o no Podemos. Esa es la cuestión'- el auge de expectativas sumaba inicialmente una gran mayoría de las voluntades indignadas, aunque dispersas en sus objetivos e ilusiones y en ocasiones contrapuestas. Todos los que hemos vivido largas experiencias en órganos de dirección de partidos, sabemos lo duro que es construir un grupo organizado, el esfuerzo prolongado que requiere aglutinar ideas, lo difícil que es cohesionar y organizar individuos, el largo trabajo que se necesita para elaborar línea política,… era absurdo pensar que de la noche a la mañana, en meses, pudiera crearse un partido con sesgo de izquierdas capaz de ganar las elecciones barriendo todo lo existente.
Los votos de Podemos durante 2014, algunos salidos de los rincones de la abstención, proceden de un amplio espectro ideológico, desde la extrema izquierda, izquierda, centro y hasta la derecha como recuerdan sus principales líderes en constantes apariciones televisivas. Simplificando podría decirse que algo menos de la cuarta parte procedía de la extrema izquierda, algo menos de la mitad de sus votantes procederían de la izquierda y una cuarta parte de sus apoyos electorales podrían estar situados en el centro, con resto de cifras menores a la derecha. Durante 2015 han ido perdiendo apoyos, por la izquierda IU resiste y recupera, por el centro izquierda y centro derecha, el PSOE se estabiliza y recupera electores, por la derecha, centro derecha y centro izquierda, la irrupción de C’s les ha destrozado la posibilidad de tomar apoyos en estos caladeros. El viaje de ascenso y caída, deja hoy Podemos con apoyos electorales más escorados a la izquierda que los que tenía un año antes, lo cual aleja su posibilidad de ganar las elecciones.
A finales de 2014, en marcha el proyecto de Podemos como partido que optaba a ganar las elecciones, era lógico esperar que fueran aflorando las contradicciones entre tantos grupos, individuos y realidades dispersas que se sumaron al comienzo, el proceso irá limando ilusiones, unas veces a la izquierda, otras a la derecha, en ocasiones entre amigos, otras, entre posibles aliados. Inicialmente sumó gentes procedentes de la extrema izquierda y de la izquierda, se juntaron militantes tradicionales y modernos procedentes de nuevos movimientos y mareas, en muchos círculos se incorporaron anti sistema, antiguos activistas y desengañados que se incorporaban a un proyecto que percibían con posibilidades de conquistar parcelas de cielo. En los primeros meses se juntan muchas voluntades dispersas procedentes de todo el abanico ideológico, político, religioso, a las que la crisis ha zarandeado y expulsado de sus certezas y comodidades.
Las élites intelectuales de Podemos pronto asumieron dos cuestiones fundamentales: 1) las luchas en las calles no son suficientes para transformar la realidad de millones de personas, se necesita la lucha en el Parlamento, y 2) el poder político en forma de gobiernos autónomos, ayuntamientos e instituciones varias puede transformar la realidad, siendo su mejor instrumento el Gobierno de la Nación. Ambas cuestiones implican aceptar el sistema democrático occidental como marco social definido, abandonando rápidamente todo vestigio de opciones anti sistema y ello ante la ventana de oportunidad de ganar que vislumbraban.
A partir de las conclusiones anteriores elaboran su táctica y estrategia, pero ambas cuestiones fundamentales, ya de entrada, chocaban con muchos de sus apoyos, algunos soñaban con opciones revolucionarias, al fin y al cabo soportadas en la vida y opiniones de los actores principales del proceso. El caso es que las élites de Podemos vieron las oportunidades que se abrían para gobernar ante la grave crisis política instalada en España, y entendieron que si el objetivo era ganar las generales, necesitarían millones de votos que se encontraban mas allá de las izquierdas, 1.2 y 3.4 del eje izquierda derecha. Era necesario conquistar los millones de electores del centro 5.6, e incluso muchos de la derecha. Empieza el camino de las élites de Podemos hacia el centro, empiezan los guiños a los cristianos, al Papa, a Botín, el desarrollo de la teoría del eje arriba abajo, se renuncia y abandonan asperezas, opiniones y errores del pasado,… se pretende conquistar un espacio socialdemócrata, en gran parte abandonado por el PSOE.
En Podemos saben que no hay tiempo para construir un partido, por mucha importancia que algunos pongan en las redes sociales y apoyados en el arrastre mediático del liderazgo, -hoy superado por Rivera, el líder mejor valorado en las encuestas, y el menos rechazado, lo cual deja abierto mayor recorrido al alza y les permite a C’s abrigar esperanzas de gobierno- . Los líderes de Podemos pretendieron exponer el proyecto lo menos posible a los bandazos de la política de un año convulso, crisis económica y política, elecciones municipales, autonómicas y catalanas. Y Grecia… todo les resta posibilidades de sumar un amplio espectro de electores comprendidos en, 1.2.3.4.5.6.7 muchos de ellos tienen que compartir con IU y el PSOE y otros partidos menores, sus élites insistieron en que llegaban al 7 incluso al 8, robaban electores del PP que se les acercaban –parte realidad, parte deseos; según Jorge Galindo, Politikón, en julio 2014, un 10% de voto que abandona PP va a Podemos-. En esos momentos el PP perdía 15 puntos respecto a su mayoría absoluta de las generales de 2011.
De repente emerge Ciudadanos, como un relámpago, en muchas cosas igual que Podemos, liderazgo, percepción de modernidad, apoyos mediáticos, existencia de condiciones materiales para ello, desafección e indignación; y carcunda y amiguismo en la derecha, lo cual abre un hueco regenerador entre varios millones de personas, fundamentalmente jóvenes y urbanas, y C’s se lleva gran parte de los electores de esos centros 4.5.6, además de los desengañados votos de derecha del PP, 7.8. En estos meses PP y PSOE se rearman y asientan, sin cambios profundos el PSOE, todavía menos en el PP al que le podría quedar una larga travesía provocada por C’s, claro competidor al estilo de UCD en su momento. Lo que deja nuevamente a Podemos en un entorno de izquierdas y centro izquierda a compartir con IU y PSOE. Tres partidos nacionales, son demasiados para los mismos votos.