Mientras escuchamos, nuestro lenguaje corporal también habla. Asentir con la cabeza puede resultar una herramienta de persuasión
puesto que, normalmente, es considerada como una señal de que se está
de acuerdo con lo que se dice, si más no, que se está atendiendo a la
información que se nos está proporcionando.
Aparentemente,
se sitúa su origen en la reverencia o inclinar el cuerpo hacia
adelante, con lo que se expresa la subordinación a los deseos del otro.
Asi, supondría una reverencia abreviada.
Por una parte, el lenguaje corporal suele ser el reflejo de sentimientos internos
por lo que si nos sentimos de acuerdo, o simplemente positivos, nuestra
cabeza asentirá casi automáticamente. Sin embargo, manteniendo una
postura neutral y asintiendo intencionadamente, también es posible crear
el efecto inverso, empezar a experiementar sentimientos positivos.
Además, puede resultar un movimiento "contagioso"
que también puede usarlo si está explicando algo y quiere conseguir que
la gente esté de acuerdo y coopere. Las personas, muy frecuentemente,
repetimos los gestos de la persona con la que conversamos (por el efecto espejo);
por lo que si asentimos, habitualmente, la otra persona podría asentir
también aunque no necesariamente esté de acuerdo con lo que se dice
pero, posiblemente, potenciando sentimientos positivos. Un elemento a
considerar.
Recomendado:
“El arte de negociar y persuadir” Allan Pease