Cuidado, mucho cuidado: el error que facilitó el atentado que mató a 22 niños y jóvenes en Mánchester hace dos semanas al finalizar un concierto de Ariana Grande fue acoger como refugiada en el Reino Unido a la familia del terrorista suicida Salman Abedi, de 22 años.
Nacido ya en Manchester, sus padres habían huido de Libia como perseguidos religiosos de Muamar el Gadafi, como tantos otros fanáticos yihadistas de las dictaduras laicas iraquí o siria.
Ahora, y según el diario londinense más respetado, The Times, la Inteligencia británica ha identificado entre los casi tres millones de musulmanes viviendo en el país a unos 23.000 yihadistas, la mayoría refugiados o de familias de refugiados, aunque también aparecen descendientes de inmigrantes anteriores captados por los nuevos predicadores.
De ellos, unos 3.000 son sumamente peligrosos, y los 20.000 restantes son un “riesgo residual”.
Pero es que tanto el terrorista de Mánchester como Khalid Masood, que atropelló, acuchilló y mató a seis personas en marzo en el puente de Westminster estaban considerados como “riesgo residual”.
De los que provocaron siete muertos y 54 heridos en el Puente de Londres este último sábado no se reveló aún su calificación, aunque hoy jueves se supo que estaban fichados como "poco peligrosos".
Con el deseo de convertir en democracias a la occidental a los países de mayoría musulmana con dictaduras laicas como la de Gadafi, en 2011 Occidente aceleró la eclosión del peor yihadismo, el del DAESH, al apoyar levantamientos supuestamente populares –Primavera Árabe--en países como Siria y Libia, y con Irak aún sin pacificar.
Así, para atacar a Gadafi, Zapatero aportó seis aviones, una fragata y un submarino que actuaron bajo el mando del Jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general podemita José Julio Rodríguez.
“Refugees Welcome” rezan numerosos carteles en ayuntamientos españoles. Pero, ¿qué refugiados, de qué historial y origen?
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