Lady Anne Daventry sospecha que alguien de su círculo más cercano quiere asesinarla y, aunque contrata a Bruce Cardyn, un detective privado que se hace pasar por su nuevo secretario, sus peores presagios se ven cumplidos, lo que obliga a intervenir a Scotland Yard en la persona del inspector Furnival. Secretos y codicias salpican al elenco de familiares y servidumbre, pues todos los presentes en la mansión han tenido la oportunidad de cometer el crimen.
Todos son sospechosos, y el inspector Furnival deberá hacer uso de su pericia para resolver el crimen.
Siempre es un placer leer las obras publicadas por la editorial dÉpoca, ya que es sin duda una de las editoriales que más cuidan sus ediciones. Siempre desprenden ese aroma a clásico, de páginas robustas, cuidada presentación y en este caso en concreto, con una buena dosis de ilustraciones.
Annie Haynes es considerada la rival más conocida de Agatha Christie, la denominada reina del misterio. Y es que, Annie Haynes también podría haber llevado ese título con honra de no ser por la alargada sombra de Christie.
Lady Anne Daventry lleva una vida tranquila, sin embargo, ciertos sucesos despiertan sus peores sospechas: alguien parece querer acabar con su vida. En un intento de averiguar quién podría pretender matarla, contrata al detective Bruce Cardyn, el cual se hará pasar por su secretario.
A pesar de las medidas tomadas, Lady Daventry acaba siendo asesinada. Todos los presentes en la mansión son sospechosos, desde familiares hasta sirvientes. Scotland Yard se ve obligado a intervenir y para ello envía a uno de sus mejores hombres, el inspector Furnival.
"- Por desgracia, que usted lo crea o lo deje de creer no cambia la situación, señor Daventry. Lady Anne ha sido condenada a muerte en su propia casa y ante nuestra presencia, y su asesino debe ser encontrado y castigado quienquiera que sea. [...]
- Ya sé que lady Anne está muerta -dijo con un pequeño tartamudeo al hablar, del que nunca antes había sido consciente-. ¡Muerta! ¡Asesinada! Eso en sí mismo ya es lo suficientemente horrible, el cielo lo sabe."
El argumento recuerda, y es inevitable, a Diez negritos. Sin embargo, esta obra es anterior a la de Christie. Un grupo limitado de sospechosos, una narración en la que no solo hay investigación si no también ricas descripciones del entorno, y pinceladas que nos permiten conocer un poco más a fondo a los personajes. Una historia que huele a lo que es, un clásico.
Sin duda, un descubrimiento que hará las delicias de los amantes de la novela policíaca de principios del siglo XX; un " whodunit" (¿Quién lo hizo?) que te hace sospechar de todos y que no te desvela hasta el final el nombre del verdadero culpable. Recomendable.