Asesino de mi mismo.
Se desangra la luna en los cielos,
enrojecida ilumina nuestros caminos,
llora en la noche silenciosa,
testiga muda de nuestro ultimo acto asesino.
Nuestras miradas se han encontrado,
reflejan frente a nosotros un único enemigo,
estamos obligados a matarlo,
pues solo así encontraremos nuestro destino.
Arrancaré a ese hombre la vida,
así dejare al fin de ser un niño,
esta noche morirá esa estúpida sonrisa,
de rojo se teñirá el río.
Descansará aquel cadáver en el fondo,
no volverá a surcar con la mirada el firmamento,
será este cuerpo para mi solo,
no quedara ningún remordimiento.
Cuando en mi mente la luna deje de desangrarse,
el cuerpo en el río desaparecerá,
y el comenzara a secarse,
la eterna noche acabara.
Seré mi propio asesino,
pero libre de continuar,
no más dudas,
no más discutir con mi otra personalidad.
Seré libre por un rato,
hasta que irremediablemente,
por algún motivo nuevo,
a otra personalidad tenga que asesinar.
Seré por siempre un asesino,
pero no de cualquier tipo,
seré el eterno asesino de mi mismo.