Los niños van creciendo y las necesidades y gustos van cambiando, por eso el padre de la protagonista de hoy se puso en contacto conmigo para que le echara una mano a la decoración de su hija.
La verdad es que había poco requisitos, espacio para guardar zapatos, más almacenaje y la cama era el único mueble que se debía quedar, y estaban dispuestos a cambiar el papel pintado y el color de las paredes. Con estas premisas y las medidas de la habitación me puse manos a la obra.
Sabiendo que la cama tenía un color verde pistacho y madera, iba a condicionar el resto de los colores de la habitación. Personalmente me encanta las habitaciones de los niños blancas (con alguna pared o toque de color) pero creo que ya tienen suficientes colores en todos los juguetes que tienen y el blanco amplia visualmente el espacio.
Propongo separar la cama de la esquina para darle más importante y convertirlo en un sofá lleno de cojines para que la pequeña se pueda sentar cómodamente con sus amigas, de esta manera también creábamos un espacio para la posible mesita de noche.
Al tener el verde de la cama, el papel pintado, deberá combinar con él. Como he comentado antes me gustan las bases blancas, por ello que me centré en papeles con estos fondos.
Se busca que el cuarto sea diáfano, tanto espacial como visualmente, y vaya sustituyendo las casitas de muñecas por las mesas de escritorio.
Si al igual que este papá quieres que te ayude personalmente en la decoración de tu casa sólo tienes que escribirme a [email protected] y estaré encantada de ayudarte :)