Asesores emocionales

El Partido Popular acaba de fichar al padre de Mariluz como asesor en materia de Justicia y más concretamente para la reforma del Código Penal. Mariluz es la niña asesinada por un pederasta, y su padre, Juan José Cortés, lleva tiempo clamando por la implantación de la cadena perpetua. Este hombre, muy respetable pero sin la menor formación jurídica, ha decidido abandonar la atalaya moral desde la que se expresaba hasta ahora, para descender a la arena política y tomar partido por una opción concreta, el PP. Lo tentaron hacen tiempo y al final se ha decidido. Que se prepare a partir de este momento para ser el pim, pam, pum de los demás partidos.
¿Para qué lo quiere el Partido Popular? Para rentabilizar su posible tirón político (más que discutible) en las urnas. No me imagino al señor Cortés en un codo a codo con Federico Trillo, responsable del PP en temas de Justicia, tratando de provocar un brainstorm para obtener ideas brillantes para el nuevo Código Penal. El papá de Mariluz, salvo que tenga una formación jurídica que nos ha ocultado hasta ahora, solo podrá aportar una cosa: la reivindicación de la inconstitucional cadena perpetua. Algo que dudo que el PP sea capaz de plantear en su próximo programa electoral. O tal vez sí y busca la coartada de esta gente doliente que clama por ella.
Dice una vieja regla jurídica no escrita que no se puede legislar bajo el impacto emocional. Es habitual escuchar a quienes han perdido a un hijo, a un padre o a un compañero la pena de muerte o la cadena perpetua para los culpables. Recordemos a la madre de Sandra Palo pidiendo endurecer la Ley del Menor tras el asesinato de su hija a manos de menores de edad.
El legislador debe ser frío para ser ecuánime.
Con este precedente, el Partido Popular quizá fiche ahora a Ricardo Sáenz de Yniestrillas para que le asesore en asuntos relacionados con la Memoria Histórica o a miembros del coro de de la catedral de Ratisbona para que le ilustre sobre pederastia.
Asesores emocionales para complacer el morbo del pueblo exaltado y sediento de sangre y de venganza.