Para el libro “Antología Piernas Cruzadas” de la comunidad de Ning “Antologías“.
Tras el paso por el taller del foro Metáforas, dirigido por Diana Gioia.
¡Dama del silencio!
El ladronazo de sueños reconoció que su metedura de pata, al interferir en el desvelo de tus secretos oníricos, fue toda una imprudencia. No debió de leer los sellados libros que Destino te confió para guardarlos de los ojos humanos, desconocedores de lo absoluto, desconfiados y egoístas para sus propios futuros.
¡A quién se le ocurre! Predecir sin interrogar, simplemente deduciendo según convenía a los aires desvalidos del ambiente que más próximo tenía: el de un aura rojiza.
Te pide perdón y ruega a tus ropajes que tengan la esperanza mínima y necesaria para plantearte un retorno al mundo de la carroñería terrenal.
Nuestro atrevimiento ha sido mayor al intentar premiarte por algo que tú consideras un entretenimiento y no una obligación. Ya sabes, los seres destructores de la tierra nos dedicamos a perder muchas veces el tiempo más que a trabajar por lo justo y necesario, lo equitativo y lo sublime.
Pero aquí hay ángeles de finas formas y bellos colores a quienes aprecias y te admiran. Tú eres generosa, de rasgos nobles y agraciados y mirada gentil.
Vuelve, por favor.
De parte del finés.
¿Dónde estás, dulce sombra?
¿A qué rincón diriges
tus pasos escarlata?
¿Te ocultas, vampiresa
de los ojos fugaces?
No permitas el goce peculiar de un verdugo.
Acude y descoloca
tu frontis gentil en un lapsus.
Quédate, ¡oh, luz frágil con élitros umbríos!
No cedas el fulgor de tus surcos mimbrosos.
Los halos de la noche necesitan tu piel,
ímpetu en la mirada y tu estirpe de brumas.
¡Retorna al fin! Los aires crujen entre mis venas.
Las lágrimas sin vida se mudan en carámbanos;
rompen el corazón sumiendo en los suplicios
al fiel y oculto entorno de mi débil espíritu.
¡Hazme vivir ahora la ira de tu bilis!
Con arrojos azules de tus pasos perdidos
me seas retornada, vestal, a mis infiernos.
(c) Maria Teresa Aláez García. Mayte Aláez. Pernelle.