Revista Opinión

Ashton Carter, la última oportunidad de la política exterior de Obama

Publicado el 07 diciembre 2014 por Juan Juan Pérez Ventura @ElOrdenMundial

Cambios en el Pentágono. La semana pasada Barack Obama forzó la dimisión del Secretario de Defensa Chuck Hagel ante la necesidad de un giro en la política exterior de los Estados Unidos que recupere su credibilidad y prestigio internacional. Ashton Carter, el número dos del departamento, será el elegido para dirigir el nuevo rumbo, pero ¿qué se esconde tras éste cambio?

From left: US President Barack Obama,US
Barack Obama, Joe Biden, Ashton Carter y el presidente del Estado Mayor, Martin Dempsey

Un año difícil para Hagel

2014 ha sido un año remarcablemente agitado para la foreign policy americana. El surgimiento del Estado Islámico en Irak ha obligado a Obama a romper su promesa y seguir combatiendo la ‘guerra permanente’. La guerra civil en Siria se ha recrudecido generando millares de muertos y su caos abre las puertas a una mayor fuerza del yihadismo. El enquistado conflicto entre Israel y Palestina ha vivido un nuevo episodio de brutalidad, mientras que el programa nuclear de Irán sigue pendiente de un acuerdo que irrita a los ultraconservadores de Netanyahu, principal aliado en la zona.

Chuck Hagel, exsenador republicano y exsoldado de 68 años, asumió el cargo en diciembre de 2013 con la misión de retirar las tropas americanas de Irak e Afganistán y de reducir el presupuesto del ejército. Obama ha visto cambiar su misión con la creciente amenaza del Estado Islámico y la lenta y difusa estrategia del Pentágono lo ha dejado en evidencia. Hagel también ha sido incapaz de ganar terreno a los talibanes en Afganistán, convencer al militar Abdel Fatah el-Sisi de no dar un golpe de Estado en Egipto y, en el plano burocrático, de establecer puentes entre la Casa Blanca y el ejército. También se ha culpado al presidente de no dar oportunidad al Secretario de Defensa y de concentrar todo el poder de decisión en las manos de sus asesores más próximos. La destitución de Hagel, aunque no se han dado motivos oficiales, reconoce implícitamente la necesidad de cambiar y ajustar la política exterior estadounidense en los dos últimos años de mandato de un Obama que quiere nuevas ideas.

La última oportunidad de Obama

Ashton Carter es un tecnócrata con una dilatada experiencia como analista. Doctor de Física Teórica por la Universidad de Oxford, el nuevo Secretario de Defensa ha trabajado para el Pentágono, bajo la administración Clinton (1993-2001) y junto a Obama, siendo el número dos de Leon Panetta. Hegel continuará en el cargo hasta que el Senado confirme a su sucesor, un proceso de aprobación que, según explica Joan Faus en EL PAÍS, sería sencillo. Como curiosidad – la hemeroteca siempre hace daño –, en un artículo de 2006, Carter pidió al presidente George W. Bush bombardear Corea del Norte.

Carter tendrá como misión redirigir el rumbo de la política exterior estadounidense y, sobretodo, buscar una nueva estrategia para combatir a Estado Islámico tanto en Siria como en Irak. Aquí le da algunas ideas. Aún así, como apunta Fareed Zakaria en el Washington Post, la clave de su éxito estará en la gestión del Pentágono, “el organismo burocrático más complicado y disfuncional del mundo”. El tecnócrata será la última oportunidad del presidente para demostrar su credibilidad en materia de seguridad nacional y su relación con las altas esferas de las fuerzas armadas. A juzgar por su historial, Carter es la elección ideal, ya que tiene buenas conexiones con la cúpula militar, las empresas de defensa y entre la política. Su posición es hasta ahora poco conocida y en público sólo se ha mostrado partidario de reducir la burocracia y de aprender de las “lecciones” de Afganistán e Irak.

Obama-Hagel
Chuck Hagel se va por la puerta de atrás y deja paso a Carter, el cuarto Secretario de Defensa de la era Obama

La política exterior, el gran problema

La política exterior ha sido y sigue siendo uno de los principales puntos flacos de la presidencia de Obama, donde el presidente ha demostrado una falta de consistencia y credibilidad que ha sido muy criticada en los Estados Unidos. Los republicanos han insistido una y otra vez que, con el demócrata en la Casa Blanca, la geopolítica y el tradicional papel de ‘faro de la humanidad’ de su país ha ido perdiendo peso. Las famosas líneas rojas de Siria y la impotencia ante el expansionismo de Putin en el este de Europa son dos claros ejemplos de que la diplomacia de Obama se ha quedado a medio camino, y la opinión pública ha tomado nota de ello.

Su constante búsqueda de cooperación y diálogo y de una diplomacia de soft power (comparada con la de su antecesor) le han valido criticas de todos los sectores pero especialmente de los republicanos. Éstos se han servido de la impopularidad del presidente para obtener réditos políticos sin presentar ninguna estrategia clara. Del bando demócrata, los anteriores secretarios de defensa Robert Gates y el también exdirector de la CIA Leon Panetta criticaron abiertamente al equipo de asesores de Obama tras ser destituidos e incluso Hillary Clinton quiso marcar distancias con el actual presidente reprobando su actitud. En agosto reconoció que aún no tenían una estrategia clara contra el Estado Islámico y por ello le cayeron palos desde todo el mundo. Aunque la política exterior de Obama ha estado en el ojo del huracán durante su mandato, especialistas como el analista político del The New Yorker David Remnick han alabado el precepto del demócrata de “no hacer estupideces”.

Ashton Carter será el cuarto Secretario de Defensa de la era Obama. Ningún presidente desde Nixon y Truman tuvo tantos cambios al frente del Pentágono, lo que da una clara imagen de la dificultad de su ejecutivo para lidiar con asuntos exteriores frágiles y de gran complejidad. Algunos analistas han apuntado que el mayor problema en la política exterior de Obama es la pesada estructura de su Departamento y es por eso que, aunque ahora Ash Carter suene con fuerza, su mandato “terminará en lágrimas” como lo han hecho todos sus antecesores. Veremos si invierte esa tendencia.


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