No es ningún secreto que a medida que la edad avanza, los cuerpos cambian y todo comienza a verse y sentirse un poco diferente. Uno de los signos más visibles del envejecimiento son los cambios en la piel: líneas finas, arrugas, sequedad, flacidez y manchas de la edad. Ya sabes que el envejecimiento es inevitable, pero lo cierto es que a nadie le gusta ver arrugas ni flacidez en su rostro.
Afortunadamente, se pueden implementar medidas desde una edad temprana que pueden ralentizar los signos visibles del envejecimiento y reducir el impacto gracias a unos buenos hábitos y la cosmética antiedad.
¿Por qué envejece nuestra piel?
Para entender por qué o cómo envejece la piel es importante tener clara su estructura. Hay muchas capas en la piel, pero generalmente se divide en tres partes principales:
Epidermis: esta es la capa externa que contiene células, pigmentos y proteínas de la piel. Actúa como una barrera protectora para prevenir la infección.
Dermis: la capa intermedia que contiene vasos sanguíneos, nervios, folículos pilosos, glándulas sebáceas y una disposición de proteínas de la matriz extracelular (MEC) que incluyen colágeno y elastina. Protege la piel del estrés y la tensión, y proporciona nutrientes a la epidermis.
Hipodermis: la capa más interna de la piel que contiene glándulas sudoríparas, folículos pilosos, vasos sanguíneos y grasa. Actúa como aislante de la temperatura corporal.
Con la edad, la piel comienza a perder su elasticidad debido a una ruptura en el tejido conectivo; esto es lo que hace que la piel sea más delgada, más propensa a la flacidez y con menos capacidad de curarse de las lesiones. También es más sensible a desarrollar hematomas y sangrado debajo de la piel a medida que los vasos sanguíneos de la dermis se vuelven más frágiles.
Por otra parte, las glándulas sudoríparas en la capa de la hipodermis comienzan a producir menos grasa a medida que la edad avanza, lo que puede parecer un alivio para todas las personas con piel grasa, pero en realidad puede provocar sequedad y picazón, ya que es difícil mantener la piel húmeda. Cada vez hay menos aislamiento y acolchado en la capa de la hipodermis, lo que aumenta el riesgo de lesiones y disminuye la capacidad para mantener la temperatura corporal, ya que no hay tanto aislamiento para proteger al organismo de los factores externos.
Todos estos factores combinados, junto con otras causas que vienen con el envejecimiento, dan como resultado una piel delgada y frágil que provoca los temidos cambios en la piel, como arrugas y flacidez. Y, en general, a medida que avanza la edad, se pueden producir otros cambios en la piel, como verrugas, manchas y marcas.
La piel y el sol
El mayor contribuyente al envejecimiento de la piel es la exposición solar. La radiación ultravioleta del sol interactúa con la piel (particularmente la dermis y causa daño. Esto se conoce como fotoenvejecimiento, que suele ser más evidente en las manos, la parte del cuerpo más expuesta a la luz solar sin protección.
Durante el fotoenvejecimiento, las capas de la piel se ven afectadas de manera diferente por las diferents longitudes de onda que contienen.
Epidermis
Durante el fotoenvejecimiento, la epidermis se adelgaza, palidece y se vuelve más translúcida debido a la radiación UVB. Los cambios en la epidermis conducen al desarrollo de lesiones cutáneas tanto precancerosas como cancerosas.
Dermis
La dermis es particularmente susceptible al daño de la radiación UVA que daña las estructuras de soporte de la piel, particularmente el colágeno y la elastina. Además, los vasos sanguíneos se dañan y causan hematomas con facilidad.
Las arrugas y las manchas solares son los dos tipos de fotoenvejecimiento con los que más familiarizados está la gente y donde más dinero se gasta en evitarlos. No obstante, hay mucho otros signos de fotoenvejecimiento que aparecen mientras la edad avanza:
• Queratosis actínica: una mancha áspera y escamosa en la piel que se desarrolla a partir de años de exposición al sol. La queratosis actínica se encuentra más comúnmente en la cara, los labios y las orejas, el dorso de las manos, los antebrazos, el cuero cabelludo o el cuello.
• Pigmentación irregular: pecas, lentigos (pequeñas manchas marrones en la piel).
• Arrugas: líneas superficiales finas, surcos profundos
• Elastosis: una condición en la que la piel se ve amarilla y engrosada como resultado del daño solar.
• Telangiectasia: también conocido como capilares rotos.
• Lago venoso: un pequeño vaso sanguíneo (vena) en la piel, que con el tiempo ha aumentado de tamaño.
• Púrpura: manchas de color púrpura rojizo, que parecen hematomas, causadas por la ruptura de los vasos sanguíneos y la acumulación de sangre debajo de la piel.
Además del sol, otros hábitos de vida poco saludables como el tabaco, alcohol o mala alimentación también pueden contribuir a mayor sequedad y deterioro del colágeno y la elastina. En consecuencia, la piel se deteriora más rápidamente y los signos de la edad son visibles antes.