Revista En Femenino
Desde que nuestro hijo comenzó con la alimentación complementaria hemos querido enseñarle a comer. Antes del año la leche debe ser su principal alimento y con la lactancia a demanda estábamos seguros de que alimentado iba a estar. Además nuestro bebé es un bebé de pecho bien criado! Es decir con sus redondeces y roscas en brazos y piernas... pero de tronco estilizado! Así que a ojos de abuelas, tías, vecinas y cajeras de súper es evidente que no le falta comida;)
Mi bebé de pecho comiendo arroz integral con espinacas y guisantes. Y mostrando lorzas en los brazos!
Le dejamos que pruebe y experimente con la comida, textura, trozos, también algunas cosas más blanditas y purés (al final nosotros también tomamos cremas de verduras…).
Pero en general nuestra filosofía es más bien de BLW (baby led weaning) que de patrones como "papilla de frutas a las 5 y papilla de pollo con verduras a la 1". Nos ha ido muy bien y come en cantidad y calidad, casi todo lo que le ofrecemos. Tiene sus favoritos y cosas que son que no y es que no!
Sin embargo vayamos donde vayamos tenemos que oír opiniones sobre cómo come nuestro hijo. La mayoría van encaminadas a los atragantamientos… Pero hoy quiero hablaros de la segunda más frecuente: “dale papillas y triturados, así come más!”. Y esto es algo que me choca muchísimo! ¿Acaso comer más es un bien en si mismo? Pues yo creo que no. Quizá comer más sea bueno cuando hay lucha por los recursos, pero este no es el caso de la sociedad donde, afortunadamente, nos ha tocado vivir. Quizá comer más sea bueno cuando el niño esté por debajo de su peso, famélico, acabe de salir de una enfermedad... Es decir, sólo para momentos puntuales. Pero tampoco es el caso de nuestro hijo. Puedo entender que comer más puede ser bueno para la madre si tienes prisa por destetarlo y quieres que vaya comiendo más comida y menos teta.
Pero lo de cebar a los bebés porque sí, porque "comer mucho es bueno" no va conmigo ni es algo que quiera enseñarle a mi hijo. Prefiero que aprenda a comer lo justo, lo que necesita para no pasar hambre y estar sano y activo. Que confíe en su apetito para comer a saciedad. No que se ponga reventón cada vez que se siente a comer y después se pase la mitad de su vida a dieta.
Si le ofrecemos comida al niño varias veces al día, en una variedad suficiente para que pueda comer cosas sanas y que le gusten, tenemos que confiar en que comerá lo que necesita. Y si además está sano, es evidente que come lo necesario. Por lo tanto no hace falta darle papillas para que así coma más cantidad.
¿Cómo habéis introducido vosotras los sólidos?