Revista Belleza
Así Es Como Las Personas Tóxicas Nos Manipulan Cada Día
Por Mariola Azores De Bustarviejo @MariolaAzoresLas personas tóxicas que nos rodean intentan manipularnos cada día. A menudo lo hacen sin que apenas nos demos cuenta. Por poner un ejemplo, ¿cuántos pasos ha de dar alguien para recorrer el camino que lleva de la amabilidad a la condescendencia?
Actitudes Envenenadas Que Ciegan Tus Ojos
Hay actitudes que con el brillo de su barniz inmaculado ciegan nuestros ojos. Y deslumbrados con el fulgor de tanto destello somos incapaces de ver las intenciones tóxicas que se esconden detrás.
Hay actitudes que tienen gato encerrado, pero no siempre somos lo bastante perspicaces para detectarlas. Definitivamente a nuestro ego le va mejor -o eso cree él- cuando se deja embaucar para engordar unos cuantos kilos a base de actitudes colmadas de ponzoña.
El ego más vulnerable es un tragón insaciable y bulímico que se atiborra de cumplidos basura. Un borracho que pierde su buen juicio por muestras de afecto de garrafón.
No me tengo por tonta, y aún así debo reconocer que me la han colado unas cuanta veces.
A todos nos cuesta ver que de vez en cuando las actitudes menos deseables se esconden detrás de los comportamientos en apariencia más irreprochables.
Claro que esto no significa que cada persona que se acerca a nosotros lo haga con un plan B en el bolsillo. Pensar así es absurdo, y nos podría convertir en unos paranoicos insufribles, además.
Solo significa que a veces sucede.
Así Es Como Te Manipulan Las Personas Tóxicas
1. Lo que tu ego ve: Comprensión
Lo que esa actitud esconde: Condescendencia.
He observado que cuanto más defiende una persona la verdad ("yo es que no valgo para mentir") peor predispuesto está para escucharla. Será por eso que sus egos escogen dejarse arrullar por las falsas muestras de apoyo, al tiempo que se sienten ofendidos por aquellos que no les bailan el agua.
Alguien dijo una vez que la condescendencia crea amigos y la verdad odios.
2. Lo que tu ego ve: Devoción
Lo que esa actitud esconde: Dependencia.
¿Te amo porque te necesito o te necesito porque te amo?
La exagerada necesidad que tiene el otro de tu afecto y de tu atención es uno de los venenos más letales que existen para el ego. Te jurarán que no pueden vivir sin ti, pero la dependencia emocional no es devoción. Es un cianuro que tú voluntariamente permites que echen en tu desayuno cada mañana. No serías el primero que tarde o temprano acaba regurgitándola en forma de pestilente rencor.
3. Lo que tu ego ve: Cordialidad
Lo que esa actitud esconde: Vanidad
Quítate la venda de los ojos. Esa persona es tan encantadora contigo no por quién eres, sino por lo que tienes o por lo que representas. Que la vean a tu lado satisface su arrogancia y un deseo de atraer hacia sí una admiración que no es capaz de conseguir por sus propios medios.
4. Lo que tu ego ve: Respeto
Lo que esa actitud esconde: Desprecio
Los líderes naturales, carismáticos, se ganan la lealtad de sus equipos con facilidad. Los egos de los superiores mediocres, sin embargo, se beben a grandes tragos el veneno del desprecio que su gente hace lo posible por disimular vistiéndolo de exageradas muestras de respeto.
5. Lo que tu ego ve: Ternura
Lo que esa actitud esconde: Culpabilidad
Es caer en el tópico, pero no veo la manera de obviar la culpabilidad en esta entrada: El patoso ramo de flores que le llega inesperadamente a una mujer a la que le están poniendo los cuernos. La exaltación en las redes sociales de un marido al que hace mucho tiempo que dejaste de respetar. El amigo o compañero de trabajo que se muestra muy dispuesto a hacerte todos los favores que le pides (los que no también). Esas muestras de cariño fuera de lugar desprenden un cierto buqué a traición que deberías poder oler desde aquí.
6. Lo que tu ego ve: Amiración
Lo que esa actitud esconde: Manipulación
Hay personas maravillosas, insustituibles en tu vida, que te admiran de manera auténtica. Te jalean, te apoyan, creen en ti ciegamente. Como hace el personaje de Ryan Gosling con el de Emma Stone en La La Land. Luego están esos personajes reales que intentan manipularte interpretando el papel del perfecto adulador para conseguir que comas de su mano.
7. Lo que tú ves: Fidelidad
Lo que esa actitud esconde: Inseguridad
Hablamos de esta clase de fidelidad hace unas semanas en ¿Se puede ser leal e infiel al mismo tiempo? No te sorprendas si descubres que hay personas que escogen ser fieles pero que no por ello dejan de ser mezquinas.
8. Lo que tú ves: Ilusión
Lo que esa actitud esconde: Infantilismo
Resistirse a que te idealicen es difícil, a nuestro ego le gusta pensar que sí somos esa persona extraordinaria que nos dicen que somos. Supongo que lo mejor que se puede hacer cuando alguien inmaduro te quiere poner en un pedestal es no creértelo.
Recordarte a ti mismo y decirle al otro que solo somos alguien corriente, una persona normal.
Porque el peligro aquí es que quien hoy te mira con la ilusión desbordada de un niño que se ha encontrado con su superhéroe favorito mañana caiga en la cuenta de que no eres nada del otro mundo. De que no puedes -ni quieres, ni piensas que debas- resolver tú todos sus problemas.
Y que entonces, ofendido por que no seas el dechado de virtudes que él necesita que seas, se vaya a buscar otra persona a la que idealizar, dejándote a ti subido en un pedestal del que te costará bajar: después de la experiencia puede que ni siquiera tú mismo sepas muy bien quién eres ahora.
¿Te sientes manipulado?
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