Hoy quiero hablaros sobre el seguimiento médico del embarazo. Aunque no debemos olvidar que el embarazo es un estado fisiológico natural y no una enfermedad, es imprescindible realizar un control médico para asegurarnos de que todo transcurre como es debido y de que tanto el bebé como la mamá se encuentran perfectamente.
Muchas mujeres prefieren confiar su gestación a los profesionales sanitarios que forman parte de los cuadros de los seguros médicos privados. Una de sus principales ventajas -de las que ya habíamos hablado en un post anterior-, es la mayor periodicidad con la que se realizan las revisiones y las pruebas. De hecho, en cualquier embarazo de bajo riesgo, la frecuencia de las visitas y de las ecografías será mensual.
Durante las consultas, el ginecólogo os pesará, os tomará la tensión, os preguntará cuestiones relativas a vuestro estado físico y os irá indicando las pruebas pertinentes para cada una de las etapas.
Primer trimestre
La primera visita es una de las más importantes, ya que os realizarán una historia clínica, valorarán el nivel de riesgo de vuestra gestación, os solicitarán un análisis de sangre para la semana 9-10 (grupo sanguíneo, Rh, anemias, toxoplasmosis, rubeola, sífilis, hepatitis B, SIDA…) y os harán un reconocimiento físico que incluirá una citología y una ecografía transvaginal. Esta prueba permite confirmar la existencia del embrión y registrar la frecuencia de su ritmo cardiaco, así como comprobar que las características del cuello del útero son las idóneas.
En torno a la semana 11-13 os harán la primera ecografía abdominal que servirá para calcular el crecimiento del feto y para medir el pliegue nucal y excluir malformaciones. Esta medición junto con los resultados de la analítica anterior podrá ser utilizada para llevar a cabo un triple screening que estimará las probabilidades de tener un hijo con síndrome de Down. En el caso de que los resultados fueran dudosos, la confirmación definitiva podría lograrse practicando una amniocentesis, una biopsia corial o un test prenatal no invasivo (ADN fetal en sangre materna)
Segundo trimestre
La semana número 20 es una de las más esperadas por muchas embarazadas, ya que es el momento propicio para realizar la ecografía morfológica que, además de mostrar la cantidad de líquido amniótico de la placenta y el desarrollo de los órganos y de la anatomía del bebé, os revelará si es niño o niña.
Aproximadamente un mes después (entre la 24 y la 28), llegará el turno de la segunda analítica rutinaria del embarazo y del conocido test de O´ Sullivan, que examinará cómo reacciona vuestro cuerpo ante el azúcar para determinar si estáis en riesgo de padecer diabetes gestacional. Si el resultado fuera positivo, tendríais que someteros a una segunda prueba, el test de intolerancia a la glucosa, que arrojaría un diagnóstico concluyente.
Este es también el mejor periodo si deseáis realizar una ecografía adicional en 3D o 4D y ver a vuestro pequeño en movimiento, ya que su tamaño moderado y la cantidad de líquido amniótico permiten observarlo mejor.
Tercer trimestre
La semana 28 es la indicada para administrar la gamma-globulina Anti-D a aquellas mamás cuyo grupo sanguíneo (Rh) sea negativo. Si cuando nazca el bebé, su Rh es positivo, se les proporcionaría otra dosis de en las primeras 72 horas tras el parto para evitar una posible isoinmunización.
Después, entre las semanas 32-34 os efectuarán la tercera analítica rutinaria, en la que además de controlar marcadores bioquímicos, hematológicos y serológicos, estudiarán el estado de coagulación, fundamental de cara al parto.
En estas mismas fechas, la ecografía del tercer trimestre reflejará el desarrollo fetal, las condiciones de la placenta y el nivel de líquido amniótico, así como el funcionamiento del cordón umbilical y permitirá calcular las dimensiones del bebé y saber cuál es su ubicación dentro del útero (hacía abajo, de nalgas…)
Un par de semanas más tarde (36) os harán un cultivo vaginal y rectal para descartar la presencia del estreptococo agalactiay prevenir mediante la administración de antibióticos que pueda estar presente en el canal del parto.
En las últimas semanas del embarazo acudiréis a monitores (fisiopatología fetal) para controlar los latidos del bebé y las posibles contracciones.
Ya está todo listo para que vuestro bebé llegue al mundo y podáis por fin tenerlo en brazos. Todas las pruebas y revisiones habrán merecido la pena.