Vamos a ver como es, la ONU y sus organismos al revés.
Hagamos un viaje mágico al increíble pero real mundo de la Unesco organismo encargado según su constitución de “contribuir a la paz y la seguridad mediante la promoción de la colaboración entre las naciones a través de la educación, la ciencia y la cultura a fin de promover el respeto universal de la justicia, el Estado de derecho y los derechos humanos(…)”. En este mundo pensado por la UNESCO a la paz se llega atraves de la mentira y la difamación. 3500 años de historia no tienen validez y es más, en este increíble pero real mundo de la UNESCO los hechos del pasado no existen.
Una de las últimas resoluciones del organismo no hace más que homenaje a la canción de María Elena Walsh “el reino del revés” donde la ONU y los organismos dependientes de dicha organización fueron copados por países islámicos y aliados para llevar a cabo una política feroz y sin precedentes en contra de Israel principalmente. Este fue el legado del ex secretario general Ban Ki Moon quien pareció no simpatizar mucho con el estado Judío. Nada sorprende cuando Israel recibió por parte del consejo de derechos humanos de la ONU más condenas que Venezuela o Siria. En este mundo del revés Arabia Saudita preside la comisión de la mujer en la ONU, país en el cual las mujeres no votan, no manejan y país en el cual se celebran conferencias de la mujer sin ninguna mujer. Bajo este síntoma de hostigamiento anti Israelí, Palestina no quiso ser menos y hace tiempo viene generando resoluciones contra el estado hebreo en la UNESCO.
En fin, en este mundo del revés la UNESCO no escapa a la vergüenza de los organismos dependientas de la ONU y llevó adelante una nueva resolución anti israelí promovida por la delegación de Palestina, siendo ésta apoyada en un total de 22 países entre los que se destacan los países Islámicos y aliados anti Israel como Suecia o países que están tomando partido por Palestina como Rusia (solo para oponerse a EE.UU.) Brasil, Sudáfrica, China y Vietnam. Llamativamente 26 fueron los países que se abstuvieron (Argenitna entre ellos) y 10 los que se opusieron. Permítanme preguntar cuál es la legitimidad de una resolución que tiene más abstenciones que votos positivos y que en total menos de la mitad de los miembros aprobaron (22 sobre 58 miembros en total). Cabe remarcar que dicha resolución no es vinculante por lo cual no tiene fin más que ser un elemento de presión la opinión pública.
Ahora bien, la última resolución que se suma a aquella votada en Diciembre del 2016 donde se afirma que el pueblo Judío no mantuvo ligazón alguna con el monte del templo o el Kotel afirma que la ciudad vieja de Jerusalem al igual que Jerusalem Este y los sitios sagrados de Hebrón, son ligados a la historia del Islam, el pueblo Judío y los Cristianos. Esto le niega el hecho histórico del dominio de Israel por sobre estos territorios, siendo estos alegados a las tres religiones, con lo cual nunca hubo un dominio legal si quiera del pueblo Judío o de Israel sobre dichos espacios.
Acá me detengo y nuevamente veo la constitución de la UNESCO que permite leer “(…)La solidaridad intelectual y moral de la humanidad” y la “búsqueda irrestricta de la verdad objetiva (…)” como medios para llegar a la paz. Todo suena poético y ambicioso para llegar la paz como meta, pero esto parece algo lejano e imposible, al menos mientras en la UNESCO y la ONU se viva en el mundo del revés.
Fuente: Periodicocomunidades.com