Así es imagen a imagen la nueva página de moda de internet: no es una red social al uso, no es un buscador. Es sólo una suerte de FAQ colaborativo. Fotogalería.
Poca gente había oído hablar de Quora hasta hace unos días, pero de pronto parece estar en todas partes: los medios especializados hablan de una nueva revolución en la red, Twitter se llena de usuarios que vinculan sus cuentas con Quora, y la página de fans de Facebook suma adeptos de forma imparable. Mientras tanto, una pregunta (LA pregunta) surge en las mentes de todos los que aún están fuera: “¿qué es Quora?”.
Quora es la última revolución de internet, una red social que busca organizar la información en torno a preguntas y respuestas editadas por los propios usuarios. Algo a medio camino entre el buscador de Google y la Wikipedia, donde aparece el elemento social como clave para la recopilación de todo el conocimiento, un Yahoo! Answers mejorado. O, según la respuesta encontrada en Quora a LA pregunta, “una colección de preguntas y respuestas creada, editada y organizada por todos los que la usan”. ¿Su objetivo? Ser la “mejor fuente posible” para quien quiera una respuesta sobre determinada pregunta.
Al profundizar un poco en la nueva moda de los internautas surge otra duda: ¿por qué ahora? Quora existe en abierto desde el mes de junio y, aunque se comentó algo en su momento, el boom no llegó hasta estas últimas semanas. La respuesta, una vez más, se puede encontrar en la propia página. El blogger americano Robert Scobble contesta: “mucha gente empezó a bloguear sobre Quora”. Entre ellos él mismo, que comenta que lo que le llevó a hacerlo fue que “la calidad de las preguntas seguía siendo alta, a pesar de que cada vez había más” y que, además, contesta gente en la que él confía.
Los usuarios: nombre, apellidos y pedigrí
Esta última razón apuntada por Scobble es posiblemente una de las claves del éxito de Quora: los usuarios que contestan a las preguntas suelen hacerlo con conocimiento de causa (y cuando no es así, la comunidad los “castiga”), y muchas veces son precisamente las fuentes más fiables para una respuesta. Por ejemplo, en la pregunta acerca de por qué Spotify se llama así, es Daniel Ek, CEO de la compañía, quien contesta. Y en el tema “Facebook”, Dustin Moskovitz, co-fundador de la red social, ha aportado también varias respuestas.
El otro pilar en el que se basa Quora es la calidad general de los contenidos: se trata de una comunidad en la que la autorregulación es rápida y eficaz, castigando no solo el spam, sino también la mala redacción o las faltas de ortografía. Quien escriba mal, verá cómo sus preguntas y respuestas se pierden en un pozo muy profundo. Además, el sitio tiene también moderadores que se ocupan de controlar que el nivel de calidad no descienda cuando aumenta la cantidad.
De hecho, existe hasta un pequeño manual de estilo a la hora de redactar las preguntas: hay que despersonalizar la pregunta todo lo que sea posible (nada de primeras o segundas personas), y hay que intentar que sea “reutilizable”, evitando referencias temporales como “ayer” o “hace un mes” que harán que la pregunta deje de tener sentido con el paso del tiempo. Por último, el requisito más polémico: hay que escribir en inglés.
La crítica principal: el anglocentrismo
Quora lo deja muy claro al usuario que realiza una pregunta: “utiliza el inglés”. Y expone sus razones alegando que, de momento, es el lenguaje utilizado por la mayor parte de los usuarios, que no entenderán las preguntas o las respuestas en otros idiomas. Además, ofrece otros motivos de tipo más práctico, como que la categorización de las preguntas se complicaría (¿deben ir los temas en inglés? ¿en todos los idiomas?) o que sería mucho más difícil controlar la calidad de los contenidos, ya que tan solo tienen moderadores de habla inglesa.
Este punto, por supuesto, ha sido el más criticado por la comunidad de usuarios no angloparlantes, en especial por la de hispanohablantes, que expresan su desazón con preguntas en castellano dentro del sitio que son borradas a las pocas horas por los moderadores de la red. No obstante, desde Quora dejan también claro que esto solo será así al principio, y que conforme vayan creciendo irán aumentando los idiomas permitidos.
¿Tiembla, Google? Tiembla, Wikipedia
Porque sí, confían en seguir creciendo a un ritmo rápido y constante. Cuando Quora se lanzó hace más de seis meses, muchos quisieron ver en el nuevo servicio a un Google-killer, basándose en el hecho de que todos los humanos tienen preguntas cuyas respuestas les gustaría encontrar en un determinado lugar. Además, teniendo en cuenta que muchos usuarios realizan búsquedas en Google haciendo preguntas enteras, era sencillo imaginar un futuro en el que la página de inicio fuese Quora en vez de Google.
¿Es esto así? ¿Debería Google estar temblando -o llamando a Quora para comprarlos-? La respuesta es no. El servicio ofrecido por Quora tiene más que ver con la Wikipedia que con Google: ofrece la información directamente, no enlaces a páginas web; y debería por lo tanto ser la enciclopedia online la que tuviese miedo. Sin embargo, posiblemente en Wikipedia tampoco estén temblando todavía.
Hará falta tiempo para saber si Quora sobrevive y mantiene el interés, y si convierte en realidad su ambicioso objetivo de tener las respuestas a todas las preguntas. De momento, se trata de un nuevo habitante en el mundo de las redes sociales que ahora mismo vive un boom debido a la verticalidad de su curva de aprendizaje (los usuarios pasan del “¿para qué sirve esto?” a la adicción en pocos minutos, en un proceso similar al de Twitter pero acelerado), y a la rapidez con la que uno puede sentirse parte del juego: una pregunta bien formulada y categorizada puede obtener una respuesta en tan solo unos minutos.
El firmante de la respuesta, además, puede ser Daniel Ek o Dustin Moskovitz o cualquier otra fuente fiable, lo que sin duda juega a favor de la red. Cuando Steve Jobs cambie sus escuetas contestaciones a emails por respuestas en Quora (enviadas desde su iPhone), se sabrá que el sitio web ha sido todo un éxito.
Fuente: SiliconsNews