Revista Opinión

Así es ‘Terminator: Destino Oscuro’, el genial regreso de la saga que no gustará a Donald Trump

Publicado el 31 octubre 2019 por Carlosgu82

Se trata, quizá, del estreno más esperado de los fans de la saga Terminator. Esta vez, la nueva película que llega a los cines hoy 31 de octubre en cines, no se trata de una secuela futurista: ocurre inmediatamente después de la entrega de Terminator 2. La historia, empero, comienza en el episodio uno donde Sarah Connor, a quien da vida Linda Hamilton, recibía la visita de un cyborg del futuro, interpretado por Arnold Schwarzenegger. El propósito del androide era acabar con la joven camarera puesto que en un futuro daría a luz a John Connor, héroe de La Resistencia de la especie humana.
La estrategia que emplea Miller en «Terminator: Destino Oscuro» es similar al primero de los filmes. Es el año 2022 y un nuevo Terminator, Rev-9, viaja desde el futuro para acabar con Daniela Ramos, quien es interpretada por la colombiana Natalia Reyes y pertenece a una familia humilde amenazada económicamente por el reemplazo de la mano obrera por el progreso de las máquinas. Pero el motivo real de por qué Ramos es el nuevo objetivo de los cyborgs no es el que en un principio uno se piensa y esta incógnita se convierte en el punto de inflexión del largometraje. Por hacer un paralelismo, quien sustituye la figura de John Connor en la nueva película es Grace (Mackenzie Davis), mitad humana mitad androide, cuya misión es proteger a Daniela gracias a la ayuda de la ya veterana Sarah Connor.
Y es que este homenaje a las antiguas películas no podía olvidar el contexto social actual. De esta forma, Miller ha querido que la trama transcurra entre México y los Estados Unidos y hasta Sarah Connor tratará de cruzar la peligrosa frontera de manera ilegal para ser detenida e internada en un campo junto a los demás inmigrantes. «Éramos conscientes de la sensibilidad de un tema que se debe solucionar», explica la actriz de 63 años aunque hace hincapié en que la intención de la película no es transmitir un mensaje político. 
Así, «Terminator: Destino Oscuro» se convierte en una cita indispensable para aquellos que hace 35 años quedaron fascinados por el primer episodio de una saga que ha retomado el rumbo. Ciencia ficción, viajes en el tiempo, feminismo, inmigración y violencia fluctúan en una película de dos horas y quince minutos de duración que generará polémica en Estados Unidos y, principalmente, en el ala más conservador del espectro político.


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