El CIS de Enero refleja que un 73% de los españoles valora la situación política como mala o muy mala y que los políticos aparecen como el segundo problema, tras el paro.
Y eso ocurre cuando vamos a vivir en campaña electoral más de tres meses: unas generales seguidas de municipales, autonómicas y europeas. El espacio político aparece más fragmentado que nunca con cinco partidos generalistas y todas las variantes nacionalistas.
Como no cabe esperar (ni falta que hace) un líder mágico que contentara a la inmensa mayoría, cabría pensar que nuestros dirigentes actuarían con seriedad y dignidad, tratarían de buscar espacios de encuentro para apaciguar ánimos. Pero, lejos de adoptar esa actitud, se muestran plenos de engaños, insultos y descalificaciones. De ahí salen los lamentables resultados del CIS.