Así estaré dentro de cinco años

Hace relativamente poco, me pasé por el blog de Xènia, y me encontré con un artículo que me gustó muchísimo y que lleva por título “Chit chat: ¿Como te ves en cinco años?“.

A mí me gusta mucho leer este tipo de artículos, por un lado porque conozco a Xènia personalmente, ya que hemos coincidido un par de veces; y, por otro lado, porque es una forma de acercarnos un poco más a la vertiente más personal de las blogueras a las que seguimos, y nos permite descubrir una faceta mucho más íntima, por así decirlo.

Me gustó tanto su post que, nada más leerlo, decidí compartirlo en Twitter. Y éste es el pantallazo de la conversación que tuvimos Xènia y yo:

Ya sabéis que a mí me gusta hacer este tipo de cosas; me gusta hablar de mí, para que así me conozcáis y sepáis un poco más de mí, además de que soy una loca del cuidado pelo afro, una charlatana compulsiva, lo he dicho ya en muchos vídeos y, si me véis en mi Canal Youtube, además lo sufrís.

Pero, sobre todo, lo que me gusta de estos ejercicios -sí, porque verse dentro de cinco años implica ejercitar la mente, que no la imaginación… o sí- es que nos obligan a visualizar. Y, perdonad que os diga, lo de visualizar se nos olvida a menudo, y visualizar es importante.

¿Que visualizar es importante? ¡Pues claro que lo es! Es la forma que uno tiene de perseguir sus sueños, de temporalizar sus metas. Porque hay que tener metas en la vida; no podemos vivir siempre a salto de mata.

El 24 de noviembre de 1995, el día que cumplía los 17 años, me escribí una carta a mí misma. La metí en un sobre, la cerré, y en el sobre puse “Abrir el 24 de noviembre de 2005″, con diez años más, 27. Era una carta de cómo creía que iba a estar entonces, con diez años más. ¿Y sabéis qué es lo que más me enterneció? Pues que, a pesar de las vueltas que di en esos diez años, el hilo argumental de la carta, por llamarlo de alguna manera, y lo que estaba viviendo eran bastante similares. O sea, que no había diferencias excesivas entre lo que escribí con 17 y cómo estaba a los 27. Quizás es que eso de visualizar funciona…

Así que hoy yo, que suelo vivir a contrarreloj, me paro, me siento, miro hacia adentro… y esto es lo que veo:

2018. Tengo ya 39 años, pero estoy estupenda (y, lo más importante, me siento estupenda). Mis hijas ya tienen 11 y 9 años, y están preciosas.

Por fin vivo en la casa de mis sueños, la que Mónica, la mamá de mi amiga Gi, diseño hace unos ocho años.

El cambio más significativo se ha producido en lo laboral: he pedido una excedencia voluntaria en mi trabajo, porque el proyecto personal que empecé hace cinco años tomó forma, se materializó y ahora tenog la gran suerte de trabajar en lo que verdaderamente me gusta y que, evidentemente, está relacionado con mi blog y con mi Canal Youtube. Y, evidentemente, tú, que me lees, que me sigues de cerca desde que esta aventura de El Diario de la Negra Flor empezó, también formas parte de este proyecto.

Parecía difícil. Fue duro empezar y ponerlo en marcha, pero hoy funciona.

Desirée

Y tú, ¿cómo te ves en cinco años? ¿Te animas a hacer este ejercicio? ¿Lo compartes conmigo?