Como ya conté en este post “Cómo organizar una boda paso a paso”, cuando quedan unos 6 meses aproximadamente para el día D, es el momento de pensar en el diseño de las invitaciones de boda.
La verdad, es que nuestras invitaciones de boda fueron un quebradero de cabeza. ¿El problema? Como me ocurrió con muchas cosas alrededor de la boda, me gustaban muchas ideas diferentes. Además, cada cosa “original” suponía elevar el presupuesto.
El papel de nuestras invitaciones de boda.
Lo único que tenía claro es que me gustaba el papel de estilo artesanal, con alto gramaje y bordes irregulares. Sin embargo, al ser un papel tan específico y poco común, ninguna imprenta quería imprimir sobre él.
La caligrafía DIY.
Una de las cosas que más valoro en una invitación de boda es una caligrafía cuidada. Me da pena cuando los novios cuidan la invitación pero ponen el nombre de los invitados por fuera de cualquier forma.
Como ves, tenía claro que quería elegir una caligrafía especial. Busqué algunos proveedores pero se me iba de presupuesto, ¡me iba a costar más el collar que el perro!
De modo, que, decidí aprender a escribir con pluma. Me compre una pluma sencilla y tinta en amazon y comencé a practicar.
Como decía antes, ninguna imprenta quería imprimir en el papel que había elegido, así que me planteé escribirlas una a una a mano. Hubiera sido una locura. Hice pruebas en mi casa con mi impresora y viendo que quedaba bien, fue lo que hicimos. Escaneé el texto, lo vectoricé y edité en illustrator y lo imprimimos en el papel artesanal.
El sobre, a juego con el papel.
Una vez decidimos el papel en concreto que queríamos utilizar, elegimos un sobre a juego: blanco, también hecho a mano y con alto gramaje.
Tanto el papel como el sobre lo compramos en La Riva papeles especiales. Si estás buscando sobres menos específicos, también me han recomendado Sobres España.
Envoltorio en papel cebolla.
Aunque el estilo del papel tenía bastante personalidad, en realidad era sencillo. Queríamos darle un poco más de alegría, por lo que añadimos un envoltorio para el tarjetón de la invitación en papel cebolla y estampado de granadas.
Tarjeta de regalo.
Para el regalo, hicimos unas tarjetas pequeñas con texto por un lado y las granadas del envoltorio por el otro.
El diseño del envoltorio y de la tarjeta nos lo hizo dnoise.
Sello de lacre, el toque final.
La parte más divertida de todo el proceso, para mi, fue sellar la invitaciones con lacre. Encargamos un sello personalizado siguiendo con la temática de las granadas en Mi fabrica de sellos, que llegó muy rápido.
El lacre, tras investigar bastante, lo compramos en formato de pastillas individuales que salía muy barato y además ofrecía un resultado homogéneo comparado con las barras de lacre. Las compramos en color dorado en Belula.
Nuestras invitaciones de boda: el resultado final
Tras muchas ideas y decisiones, así quedaron nuestras invitaciones de boda. A las personas más cercanas se las entregamos en mano, pero a la mayoría se las enviamos por correo. Ante la duda de si vas a ver a la persona o no, envíalas por correo, que a medida que se acerque la boda, tendrás menos tiempo.
En este vídeo, puedes ver el proceso que llevamos a cabo para hacer nuestras invitaciones de boda: