Esta semana el Ministerio de Educación y el Icfes publicaron los resultados de las pruebas Saber 11 aplicadas el pasado 2 de agosto a más de 500.000 estudiantes de colegios públicos y privados de calendario A en todo el país.
Santander, Cundinamarca, Arauca, Norte de Santander y Casanare obtuvieron el mayor porcentaje de estudiantes ubicados en los primeros puestos (del 1 al 400), con más del 40%.
Pero departamentos como Amazonas, Bolívar, Magdalena y Chocó se rajaron con menos del 20% de sus estudiantes en estas posiciones. De hecho, el departamento del Pacífico marcó una cifra preocupante, con menos del 10%.
Estos puntajes también desviaron la mirada hacia el programa bandera del Gobierno y el Ministerio de Educación, Ser Pilo Paga. Esta vez las pruebas mostraron una mayor exigencia para los pilos del país. El año pasado el mayor puntaje alcanzado por un alumno fue de 452. Este año una joven de la ciudad de Cúcuta arrasó con 492 en sus pruebas Saber 11 y hoy es una de las posibles beneficiarias del programa.
Gina Parody, ministra de esta cartera, aseguró que “en el camino para ser el país más educado de América Latina en 2025 hemos logrado un sacudón a la calidad de la educación. Los resultados de esta prueba Saber 11 muestran la respuesta de los estudiantes frente al programa de becas Ser Pilo Paga 2”.
El incentivo de este programa son 11.000 créditos disponibles para los puntajes que se encuentran en el 7% superior de las posiciones. Esto, según la mineducación, hizo que los potenciales pilos se trazaran la meta de obtener esos resultados y estiraran la distribución de los puntajes, logrando que el corte subiera en ocho puntos respecto al año pasado. Entonces, si el rasero en 2014 fue de 310, para 2015 quedó en 318. Y sumado a esto, según la columna de opinión de Roberto Zarama en el diario El Tiempo, el 74% de los colegios de donde salieron los primeros pilos mejoraron su promedio, pasando de 326 a 344.
A simple vista se podría pensar en una avance en la calidad de la educación del país y que Ser Pilo Paga ha empujado a maestros y jóvenes a superarse para acceder a la educación superior y ser becarios. No obstante, el economista Alejandro Ome cree que habrá que ver hasta qué punto estos resultados benefician a ciertos colegios y a una élite de estudiantes, olvidando a otra porción de la población.
Via:: Colombia