Revista Deportes
El Real Madrid afronta el partido más importante de la temporada hasta el momento el próximo domingo a las 19:50 de la tarde en el Camp Nou y ante el F. C. Barcelona. Hasta aquí parece el típico comentario previo a cualquier clásico temporada tras temporada. La diferencia principal estriba en la distancia en puntos. A estas alturas, 8 puntos ya son demasiados entre ambos y si el Barça consigue aumentarla hasta los 11, la Liga se le pondría muy cuesta arriba al Real Madrid. Desde la llegada de José Mourinho al conjunto blanco en el verano de 2010, el Madrid es un equipo reconocible en su mejor versión y que tiene las mismas carencias cada temporada. Cuando gana lo suele hacer por aplastamiento, siendo un conjunto que presiona arriba al rival y que cuando recupera intenta jugar a pocos toques, con mucha verticalidad y acompañado de una terrible pegada. El problema lo tiene cuando ha de elaborar ante equipos que se le cierran muy atrás o simplemente conjuntos que le igualan la pelea. Si el partido demanda otro tipo de juego, el Madrid padece muchas dificultades. Y las sufre no porque la plantilla tenga carencias, que alguna tiene. Simplemente porque el equipo busca otra cosa con cualquiera de los dos sistemas que propone su técnico. Tanto con el 4-2-3-1 más habitual, como con el 4-3-3 y el famoso triángulo de presión alta, el equipo busca lo mismo: ser intenso, agresivo, tenaz, vertical, directo y contundente. Lo ha conseguido en muchas ocasiones y eso es un mérito indudable. Además, la calidad técnica individual de muchos jugadores es excelente. Los problemas llegan cuando no encuentra esas señas de identidad y el partido demanda otro tipo de juego basado en la posesión y con la necesidad de generar espacios en ataque estático le cuesta mucho más. Muchas veces le salva la bendita anarquía de Marcelo en ataque (en defensa sigue teniendo mucho que mejorar), la virtud de Di María para atacar el espacio y su crecimiento como pasador o las actuaciones de ese animal competitivo que es Cristiano Ronaldo, pero a nivel colectivo el equipo tiene carencias que a día de hoy no están resueltas. De cara al Clásico, las dudas principales son de medio campo en adelante. El Madrid debe decidir entre el sistema 4-2-3-1 o el 4-3-3, y en función de la elección puede variar la elección de los jugadores. Si hay una zona donde el Barcelona es superior es en la de construcción y ahí es donde Mourinho duda siempre sobre qué antídoto aplicar. Si Arbeloa está bien físicamente, creo que el salmantino, junto a Pepe, Ramos y Marcelo, esta vez sí en el Camp Nou, completará la línea de cuatro atrás. Ante el Barcelona es más importante que ante ningún otro rival la presencia de Pepe. Con el central portugués el equipo puede adelantar la presión e ir a buscar al Barça más arriba, ya que su velocidad para corregir al espacio se lo permite. Xabi Alonso y Sami Khedira, que está firmando un comienzo de temporada soberbio, son fijos. A partir de aquí comienzan las dudas. Si decide colocar un tercer medio de características defensivas, podría entrar Essien. Ahí tendríamos el triángulo de presión alta y el once lo completarían Di María, Cristiano y la duda habitual entre Higuaín o Benzema, pero el partidazo del francés en Amsterdam le hace partir con ventaja. Si opta por jugar solo con Alonso y Khedira en la zona ancha, en la línea de tres por delante están las dudas. Di María y Cristiano son fijos y la posición por delante de los medios sería ocupada por Modric, Özil o Kaká. En este caso yo apostaría por el croata. Modric es capaz de retrasar su posición en fase defensiva y con su capacidad de tener el balón puede dar algo más de posesión al equipo. Özil no pasa por su mejor momento y creo que Mourinho vería arriesgada su inclusión en un once dispuesto en un 4-2-3-1. La alineación de Kaká, descartada antes del pasado miércoles, parece que cuenta con algunas opciones, pero la exigencia a la que le sometió el Ajax distará mucho de la que opondrá el Barça, aunque nada es descartable. La baja segura de Puyol y la más que previsible de Piqué deja al Barça mermado en el centro de la defensa y por ahí creo que puede dudar Mourinho con el 9. Higuaín le ofrece trabajo y verticalidad; Benzema, más asociación y mejor capacidad para asistir. El Madrid solo ha encontrado una versión que se acerque a su mejor puesta en escena en la Supercopa ante el propio Barça y en ciertas fases del partido contra el Manchester City. De la otra versión, la que demandan equipos que le igualan o superan la pelea y le conceden más posesión, no tenemos noticias. El domingo, la pelota será del Barcelona y el Madrid deberá aplicar su mejor versión, la conocida, pero que hemos visto pocas veces en este inicio de temporada.