Los habituales de este blog sabéis que muy rara vez me desvió del tema principal del mismo, esto es, los errores científicos en cine, televisión, periódicos, o allá donde los encuentre, y aprovecharlos para hacer un poco de divulgación científica. Y ya de antemano me disculpo por salirme del tema. Pero esta frase de La venganza de los Sith, fue lo que me vino ayer a la cabeza con la votación en el Senado de la llamada Ley Sinde.
Porque no se trata de si descargar cosas es legal o no, de cómo renumerar a los autores, y todo lo que se está diciendo en los medios. De lo que trata esta ley es de trasladar una decisión que compete únicamente al juez, a una comisión del Ministerio de Cultura. Es la comisión la que decidirá si se está infringiendo la ley o no, y la que decidirá el cierre de una web. El juez sólo podrá decidir si se vulneran derechos fundamentales o no, pero no podrá entrar en el fondo del asunto, es decir, determinar si hay indicios de ilegalidad y si es pertinente el cierre cautelar. «Casualmente», los jueces han sentenciado una y otra vez a favor de las webs de enlaces, determinando que lo que hacen no vulnera la Ley de Propiedad Intelectual. Y claro, como al ejecutivo no le gustan las decisiones de los jueces, pues los eliminan de la ecuación.
En resumen, la ley permite que el poder ejecutivo tome decisiones que le competen única y exclusivamente al poder judicial. Y eso va en contra de la separación de poderes, pilar del Estado de Derecho.
Y por mucho que se diga que sólo van a ir contra páginas de enlaces, la caja de Pandora está abierta. Cualquiera puede acojerse a ella y denunciar una web de tipo diferente. Es más, se puede usar la propiedad intelectual como excusa para acallar una opinión que no te gusta. Ahí tenemos el caso de los videos paródicos de Ramoncín que fueron retirados de Youtube, o el que el programa «Ya sé lo que hicisteis...» de La Sexta, ya no pueda usar imágenes de Telecinco. En ambos casos se argumentó que se violaba la propiedad intelectual, aunque la realidad era que a los demandantes no les hacía gracia que los criticaran de esa forma. No voy a meterme en el eterno debate de dónde está el límite de la libertad de expresión (personalmente creo que mucha gente la confunde con el derecho a insultar y descalificar). Lo que quiero resaltar es que con ingenio y una buena argumentación, se puede usar la ley para cerrar webs que vierten opiniones que a uno no le gustan, usando como excusa la propiedad intelectual. La libertad de expresión, otro pilar del Estado de Derecho, puede verse comprometida.
Y en cierta forma, todo esto afecta a este blog. ¿Quién sabe? Tal vez un día alguien diga que las imágenes (y últimamente vídeos) que cuelgo para ilustrar los errores que comento, violan la Ley de Propiedad Intelectual, y quiera cerrar este blog. Estoy seguro de que un juez desestimaría inmediatamente tal demanda. Pero la decisión ya no está en manos de un juez.