La visión de un parque infantil en actividad es la viva imagen de la diversión de los más pequeños y también de la satisfacción de sus mayores al verlos disfrutar. En el caso de los parques infantiles de interior de Icolandia, según destaca Pedro Ibarra, su director, “además, los adultos tienen también la tranquilidad de usar una instalación con calidad certificada.” Para hacerlo posible, el equipo técnico de la firma realiza un largo proceso de trabajo a medida, cuidado de principio a fin; la mayor parte de él se lleva a cabo en sus instalaciones de Bizkaia.
Todo comienza con el estudio del espacio donde se va a ubicar el parque infantil. Teniendo en cuenta su superficie y características, y las necesidades previamente definidas, el departamento de diseño realiza los bocetos con las áreas de juego y los juegos a incluir. En esta fase se definen todos los detalles. Se diseñan los circuitos y el tipo de juegos; si hay piscinas de bolas, torres en diferentes alturas, toboganes etc. se busca la variedad y la diversión máxima pero también teniendo en cuenta la psicomotricidad y la originalidad.
También se diseña la imagen externa del parque infantil, un aspecto muy importante para integrarlo en el entorno, identificarlo con colores corporativos, si procede, y dar al conjunto un plus de fantasía. “Hay todo un mundo de posibilidades que podemos hacer realidad gracias a la variedad de materiales y la tecnología de que disponemos para este fin” afirma el director de Icolandia.
El equipo de diseño plasma todos los elementos en planos detalle y en los proyectos más complejos realiza simulaciones en 3D que permiten tener vistas muy realistas de todos los ángulos de la instalación. Con ello se tiene una visión previa muy precisa de lo que va a ser el parque infantil de interior, lo que permite tomar las decisiones más acertadas en la aprobación del diseño.
Una vez aprobado el diseño, se realiza la fabricación en las instalaciones de Icolandia en Arrigorriaga (Bizkaia) bajo la normativa europea, ya que todos sus parques infantiles de interior están homologados. Esto significa que al fabricar se siguen los criterios que establecen estas normas para garantizar la calidad y la seguridad de las instalaciones. También se hacen e imprimen todos los elementos decorativos.
La última etapa es realizar la instalación del parque infantil. Es la última pero no la menos importante, ya que debe seguir también las especificaciones técnicas que se establecen en la normativa europea; “por eso es primordial que la realice personal cualificado y por eso en Icolandia tenemos nuestro propio equipo de montadores que se encarga de que todo el procedimiento se lleve a cabo correctamente” señala Pedro.
El trabajo no acaba aquí ya que, a través del servicio de mantenimiento, el equipo se encarga de las inspecciones que permiten el buen funcionamiento del parque para que la diversión y la seguridad del usuario sea continuada. Como fabricante de parques infantiles, Icolandia entrega a los propietarios un extenso manual de mantenimiento que incluye pautas muy precisas de las revisiones que se deben realizar para la máxima durabilidad. “Es una materia que conocemos bien, ya que en nuestra trayectoria nos preciamos de contar con parques infantiles tan duraderos como para que los hayan utilizado varias generaciones” concluye.