Días después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazara con atacar Siria con proyectiles “bonitos, nuevos e inteligentes”, este sábado su país, Reino Unido y Francia lanzaron más de 100 misiles contra ese país árabe, 71 de ellos interceptados por el escudo antimisiles sirio.
Imagen; Hassan Ammar / AP
El secretario de Defensa de EE.UU., James Mattis, afirmó que los objetivos estaban específicamente asociados al “programa de armas químicas” del Gobierno de Bashar al Assad, cuya existencia había refutado la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).
El Pentágono puso en la mira tres lugares fundamentales, que fueron evacuados hace días gracias a una advertencia de Rusia: un centro de investigación, un presunto almacén de armas químicas y un mando militar.
El centro de investigación
Localizado en la localidad de Barzeh, al norte de Damasco, los aliados occidentales sospechaban que en ese Centro de Estudios Científicos e Investigación se investigaba, desarrollaba y probaba armamento químico y biológico.
Según muestran las primeras imágenes de las secuelas del bombardeo, esas instalaciones resultaron seriamente afectadas y prácticamente inutilizables por el impacto de, al menos, dos decenas de misiles.
El supuesto almacén de armas químicas
Una antigua base militar unos 25 kilómetros al oeste de la ciudad de Homs fue atacada porque se supone que albergaba armas químicas. El Estado Mayor de Rusia comunicó que el sistema de defensa antiaérea sirio derribó 13 de los 16 misiles lanzados contra esta locación.
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El mando militar
Otro objetivo fue un mando militar situado al oeste de Homs, cerca de la segunda instalación. Para Washington, también servía como depósito de equipos supuestamente destinados a fabricar armamento químico. Los datos divulgados por los militares sirios indican que ninguno de los proyectiles impactó en ese lugar.
“Los misiles dirigidos a una posición militar cerca de Homs fueron desviados de su curso, mientras que sus explosiones provocaron heridas en tres civiles”, reportó la agencia estatal siria SANA.
Un ataque sin pruebas
La semana pasada, Occidente acusó al gobierno del presidente sirio Bashar Al Assad de haber perpetrado el 7 de abril un ataque químico en la ciudad de Duma (Guta Oriental), tras aparecer reportes no confirmados sobre esa supuesta acción.
El Consejo Ejecutivo de OPAQ anunció que emprendería una investigación independiente el 14 de abril, pero el bombardeo a Siria por parte de EE.UU., Francia y el Reino Unido fue realizado antes de que la misión llegara al terreno. El presidente Donald Trump ordenó el ataque sin autorización del Congreso de su país ni la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU.
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Hasta ahora no ha sido presentada ninguna prueba que confirme el supuesto ataque químico. El embajador ruso en Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, destacó ante el Consejo de Seguridad de ese organismo internacional que en los hospitales de Duma no hay pacientes con síntomas de intoxicación ni hay pruebas de suelo que delaten el uso de sarín o cloro.
Además, los servicios rusos de seguridad química y radiológica viajaron al supuesto lugar del incidente, pero “no se encontraron personas tratadas por intoxicación química”, informó la embajada de Moscú en Londres a través de un comunicado.
El 13 de abril, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, afirmó que su gobierno tiene “datos irrefutables” de que el presunto ataque químico es “una nueva puesta en escena y en ella participaron los servicios secretos de uno de los Estados que se desvive por estar en la vanguardia de la campaña rusófoba”
Fuente: Noticias Internacionales RT