Revista Deportes

Así se fabrica una mentira

Publicado el 19 febrero 2012 por Carlos Romero @CarlosRomeroSFC

Pues sí, leemos una artículo publicado hace algún tiempo de Isabel Simó, consejera responsable de los asuntos de Historia del Real Betis Balompié, e hija del secretario bético durante varias décadas, Manuel Simó Mateos, donde dice lo siguiente:

“El estadio de la Exposición, que tantas ilusiones había generado entre los béticos, fue incautado por el estado de Guerra para servir de depósito de carros de combate, acuartelamiento de tropas italianas, de caballería, de picadero... Finalizada la guerra, el estadio estaba en una situación tan lamentable que, según testimonio de Simó, quien realizó el inventario, se acordó  abonar una cifra simbólica de 166 pesetas al mes desde 1939 a 1961, pues se tuvo que hacer frente a cuantiosos gastos en la reconstrucción del mismo, hecho que no le permitió hacer buenos fichajes para la temporada 1939/40, quedando sólo de la mítica plantilla de la temporada 1935/1936 los jugadores Saro y Peral.
Tal vez debió solicitar la no participación en la competición de Liga, como hizo el Real Oviedo, pero nuestro Betis es así y como en otras muchas ocasiones, fue más Quijote que Sancho
.”

Pueden ver al artículo completo aquí.

Y es que escribe esto y los más incautos pueden llegar a creérselo.

Isabel Simó profundiza en las mentiras y los tópicos victimistas una vez más a las alturas del siglo XXI que recorremos, pues esto no ocurrió así de ninguna de las maneras.

Felix Martialay y Bernardo Salazar en su libro “Las grandes mentiras del fútbol español”, tildaban esta historieta como mentira, ponían a los mentirosos en su sitio y decían lo siguiente en referencia a 1939 y el estadio bético:

“…Ahora bien, ¿cómo estaba Heliópolis? Por los reportajes gráficos citados, hecho una ruina. Hay, quizá, que reiterarlo para que no pase inadvertido: La cancha llena de hoyos e irregularidades de un palmo de profundidad o altura -según zonas- aquí calva, allá llena de cicutas y zurrón de pastor -"capsela bursa pastoris", es su nombre técnico, no vaya alguno a creer que había bolsas de trashumantes de merinas. Los muros de mampostería con derribos parciales, las alambradas caídas en grandes extensiones ... Y, nadie le había metido mano todavía. …”

“...Y el campo fue arreglado. Seguramente el Ayuntamiento corrió con todos los gastos. Cómo quedó de coqueto pueden verlo. Quienes tengan curiosidad en el semanario "Marca" número 4, de fecha 11 de enero de 1939…”

Como somos muy curiosos decidimos comprobarlo.

Efectivamente, el Betis, tras firmar un acuerdo de cesión del estadio de la Exposición Iberoamericana el 16 de julio de 1936.

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Pero no puede hacerse cargo de él por varias razones. La primera fue porque estalló la guerra dos días después y la segunda porque el estadio estaba ya en un estado penoso por su abandono de años y el Betis sufría una crisis galopante durante esos meses, por lo que no tenía dinero para arreglarl, y su presidente dimitido.

Es cierto que las tropas fascistas acamparon en el estadio, debió tirarse una valla en el gol norte para que la maquinaria de guerra pudiese entrar, pero no menos cierto es que fue la directiva bética la que pidió el permiso de obras ara que esto sucediese así, tal y como consta en los archivos municipales.

[fascistas_italianos.jpg]

Todo esto consiguió agravar más aún el estado de deterioro del estadio, ante lo cual el Excmo. Ayuntamiento de Sevilla,  en colaboración con las autoridades militares, deciden arreglar el estadio y dejarlo como nuevo desde varios meses atrás, sobre 1938, estando la guerra aún en vigor. Una gran re-inauguración se avecinaba, con invitados de “postín” en abril de 1939, aprovechando el campeonato de Andalucía y frente al Sevilla FC.

[Inauguracion Stadium[4].jpg]

Todo esto no se debe al azar. Hay quien pretende que no me detenga en estos detalles, que hable de los directivos por sus méritos futbolísticos o de gestión y no por los políticos, una deferencia que debemos tener desde aquí, pero que nunca tuvieron desde allí. No podemos ser infieles a la historia. José Cuesta Monereo, auténtico cerebro del golpe en Sevilla, curiosamente fundador del Balompié, presidirá en el palco bético la inauguración junto al principal actor, Queípo de Llano.

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Isabel Simó omite datos, los esconde sibilinamente, dejando entrever que la guerra acabó con su equipo en clave victimista, cuando en realidad lo que ocurrió es que la guerra probablemente les salvó. Curiosamente de nuevo, en 1939 cuentan con un estadio nuevo, las deudas desaparecieron por arte de Birlibirloque, con un equipo completamente renovado y entrenado desde meses atrás y no nos cuenta que los jugadores que perdieron fueron vendidos por el Betis antes de la Guerra Civil. Aún así, los años siguientes fueron aciagos para el Betis, que poco tiempo después comenzaría su calvario particular bajando de categoría hasta Tercera División.

El Sevilla FC ya pagaba una cuota de alquiler por el campo Reina Victoria de 2000 pesetas al año en 1918. Que ustedes pagasen menos de esa cantidad en 1939, 21 años después, por un estadio que no tuvieron que construir, me parece irrisorio.

¿Creen que en estas circunstancias, el Betis debió solicitar, al igual que el Oviedo, la no participación en el Campeonato de Liga en 1939?

Señora Simó, usted no necesita de mentiras para ostentar su cargo y si lo ostenta, no está lo suficientemente preparada para desempeñarlo por desconocimiento.

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