Sucedió hace noventa años un día como hoy. Nos lo recuerda Fernando Fernán Gómez en su película “Viaje hacia ninguna parte” (1986) y basada en la novela homónima de la que es autor. También nos recuerda este autor que, en las calles de Madrid, se coreaban estribillos alusivos al rey Alfonso XIII, echado por los mismos españoles. Efectivamente, aquel martes, 14 de abril de 1931, el rey Alfonso XIII, abuelo de Juan Carlos I, abandonaba España y llegaba la II República sin una sola gota de sangre ni ningún disparo. El ministro de la Marina del último gobierno monárquico de la primera mitad del siglo XX, José Rivera y Álvarez de Canedo, fue el encargado de sacar al monarca del país. El relato de la segunda y última vez que el país expulsó a un Borbón quedó plasmado en nueve breves páginas firmadas por el propio ministro.
Aquel martes Alfonso XIII comunicó al Consejo de Ministros que se iba. “No quiero escándalos en la calle”, dijo el aún rey, y ordenó al capitán de guardia que saliera a la plaza y acabase con las protestas. Éste, recibiendo la orden, replicó: “Dígale a su majestad que, por obedecer sus órdenes, estoy dispuesto a salir yo solo a la Puerta del Sol para que las turbas me despedacen, si quieren. Pero no puedo ordenar a la fuerza que salga, porque los soldados no me obedecerían”. El mismo José Sanjurjo, entonces director de la Guardia Civil y general golpista en 1936, había comunicado también al monarca que no podía garantizar el orden público.
A lo largo de aquella mañana de abril el rey ya había sido informado de que, en Eibar, se había proclamado la República. Las elecciones municipales celebradas el fin de semana, interpretadas como un plebiscito a la monarquía, habían dado como claros ganadores a los partidos de la coalición republicano-socialista frente a los monárquicos. Al anuncio de Eibar le fueron siguiendo el de otras capitales de provincia y núcleos urbanos importantes. En Vigo, incluso, izaron la bandera republicana alrededor de la una de la madrugada del 13 al 14 de abril. Sin embargo, la Guardia Civil la bajaría solo 45 minutos después y no sería hasta las 20 horas del mismo día 14 cuando el izado de la tricolor fue definitivo.
Por la Rambla de Barcelona se extendió entonces una manifestación espontánea que no pudo ser disuelta por las fuerzas de seguridad. Apenas una hora después, Lluís Companys acudía al Ayuntamiento junto a los concejales electos de ERC para pedir que se les entregase la alcaldía respetando los resultados. Rápidamente, se izó la bandera republicana en el consistorio catalán. Y a las 14 horas, Francesc Macià, desde el Palau de la Generalitat, proclamaría el Estat Català dentro de la Federación Ibérica.
A última hora de aquella tarde, ya casi entrada la noche, el monarca emprendía el rumbo hacia Cartagena, donde embarcó hacia Francia en un buque “Príncipe Alfonso” que salió de aguas españolas. Días después, el 17 de abril, el monarca derrocado se dirigía a los españoles a través de una carta publicada en ABC para explicar las razones de su abdicación y su salida del país: “Las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi pueblo”.
Himno de Riego. Con letra.