Fotografías de Sebi Galeano.
Ni los más optimistas esperaban que a eso de las ocho de la tarde, después de soportar seis horas de precipitaciones ininterrumpidas, hubiese unas 150 personas en la #acampadasalamanca, tratando de organizarse de nuevo bajo una improvisada lona sujeta con torres de cajas de cartón (y atada de mala manera al mobiliario urbano).
En esta ocasión en palabras de Héctor Toledo os informamos de cómo fue el miércoles 17 de mayo en las protestas salmantinas. La llegada de la lluvia ha puesto en jaque una organización que hasta el mediodía de ayer miércoles era casi perfecta. Desde el lunes por la noche, las múltiples asambleas de hasta 18 personas que se realizaban habían fructificado y la acampada contaba ya con una comisión encargada de los víveres, otra de las pancartas, otra para relacionarse con la policía, otra encargada de pedir los permisos pertinentes… y así hasta cubrir todas las necesidades que consideraban básicas para el éxito de la protesta.
La mañana comenzó bien para los acampados. La Subdelegación del Gobierno aprobaba la solicitud presentada siguiendo el modelo de la propuesta por los abogados Javier de la Cueva y David Bravo, publicada ayer en el diario Público. Después llegó el chaparrón y la movilización del campamento, enfrentado también al handicap de tener que interpretar informaciones fragmentadas y confusas acerca de lo que pasaba en otros lugares de España.
Sobre las seis de la tarde, un breve momento de caos tras una interpretación errónea de la decisión de la Junta Electoral de Madrid acerca de la prohibición de la concentración prevista en Sol a las 20 horas, lleva a pensar a los concentrados en Salamanca que esa decisión es extensiva a todo el territorio nacional. Sin embargo, ante la perspectiva de un eventual desalojo, reina la tranquilidad y lejos de cundir el desánimo, se redoblan los esfuerzos para restablecer la organización, a estas alturas un poco caótica por la lluvia y por los problemas para montar una lona. Tal vez este percance hace que pocos minutos después empiece a organizarse una comisión con la función de hacer un seguimiento vía internet de las noticias y de los twitteros concentrados en otras ciudades.
Y es que si algo cabe destacar de #acampadasalamanca es el buen funcionamiento de la organización. Con el objetivo de canalizar la participación de todo el mundo, discuten las cosas por grupos y posteriormente un portavoz de cada grupo lleva su voz a una suerte de “junta de portavoces” que toma las decisiones pertinentes. Según nos informan, la gente que se va incorporando poco a poco o bien se une a grupos pre-existentes, o bien forma grupos nuevos. El sistema parece funcionar, porque hacia las 22h. han enviado a los medios una declaración consensuada explicando que las razones de que no reivindiquen propuestas concretas es precisamente que no desean dejar fuera ni una sola de las opiniones de los allí presentes. En cualquier caso, dan por bueno el manifiesto de Democracia Real Ya del pasado domingo. Todo parece indicar que la política se hizo el 15M, y que ahora la principal preocupación es organizar la resistencia.
Los acampados han destacado la buena convivencia con vecinos y transeúntes, así como la ausencia de roces con la Policía Nacional que desde el martes mantiene una patrulla vigilante de forma constante al otro lado de la plaza. También han añadido que aquellos que quieran apoyar su causa pueden aportar comida, mantas, esterillas, lonas para protegerse de la lluvia, chubasqueros, o incluso cartones para tender en el suelo y no tener que dormir sobre los charcos. Aunque como bromeaban por allí, no sería una novedad, ya que lleva mucho tiempo lloviendo sobre mojado.
Y eso es todo. Mientras siga habiendo #acampadasalamanca, seguiremos informando.