Llama la atención el énfasis con que la gran mayoría de los árabes, y/o musulmanes , ponen cuando se trata de hablar de la convivencia entre las religiones en tiempos pasados bajo la égida del Islam.
Como si aquellas comunidades de judíos y cristianos que, antaño, tuvieron la poca fortuna de vivir en zonas dominadas por musulmanes disfrutasen de un paraíso tolerante y multicultural donde practicar su religión sin problemas, gozasen de igualdad de derechos y fueran respetados y apreciados por las masas islámicas
En la actualidad lo podemos ver a diario en los telediarios y en las informaciones que dan sobre los coptos en Egipto, los cristianos en Irak, Pakistan, Gaza, Belen, etc, etc
La palabra que mejor definiría el trato entre musulmanes y no musulmanes seria : SUMISION
Pues esa es la relación que el islam obliga a acatar a los “infieles”: personas de segunda categoría, que deben aceptar su inferioridad y el desprecio por no ser musulmanes. Y no solo aceptarla, ademas pagar por ello para salvaguardar sus vidas
Leyendo el libro “Historia de la Tierra Santa o Palestina” se encuentran pasajes acerca del verdadero trato que los musulmanes dispensaban a los creyentes de otras religiones y que dicho trato, distaba mucho de ser tolerante hacia ellos
De hecho, y de forma explicita, en el relato se describe el trato de los musulmanes hacia los judíos, como ANIMALES DOMESTICOS:
No parece muy creíble, pues, que los judíos que vivieran en su propia tierra (la tierra judía del futuro estado de Israel) en el siglo XIX gozasen de un paternalista y protector trato dispensado basado en la igualdad y la tolerancia, tal y como pretende hacernos creer la narrativa anti sionista de hoy en día, vendiendo la idea de que ambas comunidades, judía y musulmana, convivían en paz y armonía antes de la llegada del sionismo.
Nada más alejado de la realidad histórica.
De hecho las vejaciones eran numerosas, y solo recibían desprecio por la comunidad musulmana:
De hecho, las comunidades judías, griegas, armenias, etc, evitaban a toda costa a los musulmanes por una sencilla razón: MIEDO a lo que pudiera pasarles.
Negándoles el paso a determinados lugares a los no mahometanos:
Se usaba el látigo sin el menor recato contra las personas judías y cristianas.
Esta falacia histórica, el pretendido buen trato de los musulmanes hacia otras religiones, concretamente hacia el judaísmo, nace de la necesidad de justificar su propia violencia y de quitar razones al legitimo proyecto sionista.
No son pocos los que, desde la más absoluta ignorancia, declaran sin pudor que musulmanes y judíos vivían en consonancia, paz y armonía y que la llegada del sionismo rompió esa situación de pretendida coexistencia cuando la verdad es que el trato dispensado por los musulmanes hacia estos era el de esclavitud en la práctica: violencia, desprecio, trato injusto, ausencia de derechos, impuestos injustos, etc, etc
Eran dhimnies, y así eran tratados por los musulmanes
Como animales domésticos.