Fuimos a Datong (ciudad más cercana a las cuevas de Yungang en la que se debe pernoctar), con el único objetivo de ver las cuevas.
Necesitábamos un tren de noche que nos llevara desde Beijing. Era Agosto, mes vacacional en el que algo así como cientos de miles de chinos turistean intensamente en su país y donde la posibilidad de tener un asiento libre en tren es poca.
Así que en cuanto pisamos Beijing fuimos a un agencia de viajes a comprar el tren, hemos leído que los trenes de noche son muy buenos, y además era nuestra única opción para llegar a Datong.
Al pedir los tickets a la amable señorita mínimamente bilingüe (ojo esto no es un defecto, si no una gran GRAN virtud) de la pequeña agencia…
- No. No possible.
- ¿Cómo que no possible?
- Ya ho hay en cama.
- Bueno pues si no hay en cama dura deme en cama suave. (Que viene siendo como cama delux en lugar de cama jodida).
- mhhm no. No possible. No no, ni en cama delux ni en cama jodida. No más no hay.
- Ok, entonces deme sentado en el vagón AC.
- ¿Asiento suave?
- … bueno pues si, supongo, vamos a pasar 10 horas de noche así que lo más comfortable posible.
clack click clack clack (sonido de tecleo en la computadora)
- mhhm no. No possible.
- ¿Cómo que no possible? Entonces?
- only hard seat.
- ¿asiento duro? ¡rayos y centellas! (sí si dijimos eso) … Ok bueno pero entonces pónganos en dos asientos solos y… ¡juntos por piedad!
clack click clack clack
- mhmmm no. No possible
- ¿Cómo que no possible? ¿ahora qué?
….
Pues nada más y nada menos que 2 asientos, – separados por supuesto- cada uno en un conglomerado homogéneo de algo que suponía ser asientos para 6 pero ahí como dios manda sólo deberían caber 4.
Imagen de jollygringos.com apretados pero sonrientes
Para cuando pudimos subir al tren, saltar las maletas y las personas que estaban paradas en el “vestíbulo” del vagón, y nos dimos cuenta de lo que nos esperaba era ya demasiado tarde para arrepentirse.
8A, 9A … salto maleta, 10 A atraversar grupo de 4 personas paradas y agárrense que traemos backpack que aquí adentro parece tamaño gigante, 11A, 12 A, salto bulto, 13 A … y este es el mío 14 A.
Un niño dormía plácido y ancho en mi asiento.
- ¿Cuál tienes tu?- le pregunto a Mat.
- 25 G.
- Ok, solo otro medio vagón que taclear, ¡vamos a ello!
Llegamos al conglomerado homogéneo de la fila 25 y tal como previsto solo había un asiento libre.
Un pequeño hombre chino estaba siendo asfixiado por nuestras backpacks en el pasillo, que ocupaban todo el pasillo y parte del espacio vital de los que iban sentados, así que decidimos aplicar la estrategia de:
- oiga mire yo sé que usted tiene este número de asiento, me puede cambiar este asiento por el 14 A es que mire resulta que venimos juntos y nos ha tocado separados, pero yo le doy mi asiento y usted me da el suyo y así todos felices- Conversación textual mantenida obviamente a señas.
Funcionó y pudimos sentarnos juntos en nuestro conglomerado homogéneo -más no ergonómico- para 6 personas de la fila 25 . Juntos Mat, yo, y otros 4 chinos que no cabían en su asombro de que estuviéramos ahí.
3 de esos 4 eran campesinos/obreros/trabajadores/gente que trabaja de verdad y se ensucia las manos, vamos. Juro que no habían visto un occidental en su vida.
El otro era un chico de unos 20ytantos, joven oficinista al que le emanaba una luz de ilusión en sus ojitos por que nosotros, las estrellas vip del tren “asiento duro vagón jodido”, estuviéramos sentados junto a él. Sacó su celular y con una app traductora se pone a escribir en chino, y nos muestra la pantalla sonriendo.
- ¿De dónde son? … con esa pregunta se inicia la conversación más lenta y más larga escrita en la pantalla de un celular, que hemos tenido. Nos cuenta que él trabaja en marketing para una empresa que vende muchas cosas online. Le gusta México (Meushico como dicen acá), y quiere que seamos amigos en Messenger.
La conversación vía móvil es varias veces interrumpida por la – ahora muy grande y cada vez más creciente – multitud que se agolpa alrededor en el pasillo para gritar lo que suponemos era:
“Qué preguntaste,qué te contestaron,pregunta ahora esto que yo quiero saber si…”
Cuando nuestro nuevo amigo les contestaba todos decían “aaaaahhhh ooooohhh” y comentaban inmediatamente el punto entre ellos, le repetían la respuesta al del 5H que no alcanzó a escuchar y pedían silencio para poder seguir escuchando el chisme.
Los microasientos que de verdad que hacen honor a su nombre por duros, ya empezaban a dejar huella en mi pobre trasero y no llevábamos ni media hora de las 10 que nos esparaban.
Configuración de un asiento duro o hard seat en tren chino
* El espacio entre un asiento y otro era suficiente para tu torso pero no para los brazos, que debías llevar irremediablemente al frente. Imagina un sentado tipo foto escolar de las secundaria “mano sobre rodilla” o en su defecto estilo dinosaurio T-rex.
* Las rodillas y pies, por su parte debían ir recogidos en ángulos rectos perfectos de 90º, por que entre el chino de delante y tu no quedan más de 3 cm de espacio, cualquier intento de relajar la posición termina en irremediable patada a la espinilla del de enfrente. En un asérrimo esfuerzo por mantener la paz e integridad de tus espinillas, si yo no le pego él tampoco lo hará, debes mantener con duro esfuerzo la posición.
* El respaldo de tu asiento es también el respaldo del asiento que está detrás tuyo; digamos que es un respaldo con dos asientos, así que cada que el de atrás se mueve poco , te mueves tu. Y claro no hay ningún tipo de cojín, relleno, acolchonado, tela, resorte o petate, para amortiguar todo el moviemiento entre tu y el asiento. Entre menos te muevas, mejor.
Imagen de bbc.co.uk donde se puede observar el espacio claustrfóbico en cuestión
Cuando me doy cuenta de esto, pienso que siempre puede ser peor, nos podría haber tocado parados. De verdad que hay gente que va parada, o sentada en el pasillo y entre ellos se rotan los pocos asientos libres que quedan.
Suponemos que algo así pasó porque estábamos en la conversación vía app cuando de pronto llega el colega number 4 de los otros Sres. Trabajadores y sin piedad echa a nuestro amigo del celular al pasillo y se sienta él tan ancho. Trae dos paquetes de sopas de noodles instantáneos (que son 10 veces más grandes que las sopas Maruchan de mi infancia) de esas a las que agregas agua caliente, él las trae ya preparadas, las pone en la mesita y sin perder ni un momento, comienza el concierto de sorber la sopa y los noodles.
- Sluuuurp stcchhhhsssslllllllliiiiieeeeeuuurrrp cham cham slurpppt-t-t-p-p-p -
Si esto fuera música este hombre sería el primer violín en el concierto No. 4 de Tchaikovsky. ¡Qué arte! Cuánta sonoridad e inspiración, no solo para sorber si no también para hablar al mismo tiempo, con la boca abierta, claro.
Nos mira intrigado y nos comienza a bombardear a preguntas en mandarín.
- No mire Sr. Sorbos, nosotros no hablar chainis.
Pero él prosigue insistente con el cuestionamiento, y comienza a enojarse porque no podemos contestarle.
Entonces la gente, que sigue volteada para vernos pero al menos ya lo hace desde sus propios asientos, le comienzan a explicar a grito todos y cada uno al mismo tiempo nuestra historia, como si fuera una serie o una novela, y éste por haberse parado a preparase algo de comida se perdió el último capítulo. Todos lo ponen al día.
- Si, si eso Sr. Sorbos lo que la gente dice, pero deje de hablarnos a nosotros que no entendemos ni mielda de lo que nos dice
Wuan yong hin taaa (sluurp sluuuurp)… jahao taweeee sanchi wuyaaaaa (slarp slarp pedazo de noodle volador escapa de su boca)… YAAAA SIIII WOOO¿¿???? ….. !!!!!!!! …..
…..
….
deja los palillos, mirada penetrante desafiante, no sorbe más…
… seguimos sin contestarle….
Finalmente su compañero de asiento tocarodillasfrontal con cara de “pero mira este si será pesado y tarado el pobre” le vueeelve a explicar que NO hablamos chino y que no hay manera de preguntarnos las cosas.
Yo decido que de slurps slurps y “wan yahaaao wituuu” gritado tengo suficiente, lo que no tengo es espacio y mejor aprovecho esta pequeña ola de sueño que si no será imposible el viaje.
*bonita imagen familiar de un vagón hard seat. No es mía degraciadamente.
8 horas transcurren en silencio: todos apagaron músicas, terminaron de comer y de sorber, se callaron, nadie roncó y todos durmieron. Al despertar el vagón está limpio, todos recogieron su basura y no huele maaaal.
- Oh! por Ganesh, ¡qué diferencia con India!-
El reto de la noche a diferenica de India, no fue dormir a pesar del ruido, olores, risas, música, luz y cucarachas, si no fue mantener la posición cuerpo en estado compactorígidoelástico para evitar tocar al de delante y no estrellarse con el de atrás.
Nada más abrir el ojo, Don Sorbos (que por alguna razón ahora no estaba a lado nuestro si no frente a mi), ya había despertado y no dejaba de mirarnos.
Cuando vió que abríamos el ojo, decidió que tal vez – por que ocurre y es probable – en la noche hiciéramos un curso exprés de mandarín y que ya con certificado en mano, eramos capaces de entender a sus preguntas.
Un nuevo día, una nueva esperanza…
- Yashai jutaiwuheee? ichijaaaaa taaafaali yeshii eh? oh? ok?… WOOOOU??? !!!-
Mat y yo nos miramos, lagaña en ojo, y en plática telepática decidimos simplemente ignorarlo.
Don Sorbos lo intenta un par de veces más sin recibir ni respuesta y ya ni sonrisa de nuestra parte, hasta que su colega le vuelve a decir en tono ya enojado “mira que eres imbécil y pesado si no te entendían ayer, no te van a entender esta mañana!”.
Y por fin llegamos a Datong.
Nos levantamos y afortunadamente las rodillas aún nos servían. Pudimos bajar del tren y prepararnos para ver las maravillosas Cuevas de Yungang, que por cierto bien valieron las 10 horas de tren contorsionista, los calambres musculares y por supuesto, el interrogatorio de Don Sorbos.
El artículo Asiento e interrogatorio duro en un tren Chino apareció en Sin Destino Fijo.