Asignatura pendiente

Asignatura pendiente

5 julio 2013 por cuinpar

El otro día me dijo una amiga que tenía la impresión que desde que me conocía (hace más de una década ya) todas las cosas que había hecho iban encaminadas a un solo objetivo: tener un perro. Qué quieren ahora, cada uno tiene sus metas y esa era la mía.

En casa de mis padres, de alguna manera u otra siempre ha habido animales, perros también, por supuesto. Pero no ha sido hasta ahora, diecisiete años después de haber abandonado el nido, que tengo la mía propia, que soy la única responsable de lo que le suceda, de su salud, de su estabilidad (yo, que no soy capaz de gestionar la mía), de su bienestar.

Los perros me han enseñado muchas cosas. Esta, en los escasos dos meses que lleva conmigo, me ha enseñado que uno vive mejor cuando sale a pasear por pasear al menos dos veces al día; que hay que olvidar todo lo demás cuando tenemos el plato de comida delante y que la terquedad no siempre hace que consigamos lo que queremos. Con ella he aprendido a recoger mis cosas y marcharme en silencio de los sitios donde debo estar (deberían verla recogiendo sus juguetes uno a uno y llevándoselos dignamente a la azotea tras una reprimenda por intentar robar algo del plato), y también he aprendido a que el berrinche me dure lo justo: a otra cosa, mariposa.

Lo de olvidar los desaires y la falta de gratitud (supongo que para ella que me largue durante medio día y vuelva oliendo a otros perros lo es) es mi asignatura pendiente. Eso todavía no lo he aprendido, pero es que llevamos poco tiempo juntas.