A través de Abadía Digital, he encontrado una entrada que me ha parecido de lo más interesante. Cuenta que, allá por el año 1971, una bibliotecaria de Michigan se puso en contacto con varios personajes conocidos (entre ellos artistas, escritores, políticos y hasta científicos) y les propuso que escribieran, en un lenguaje sencillo para que los niños pudieran comprenderlo, algo que les animara a acercarse a la biblioteca y a descubrir por sí mismos todo lo que iban a poder encontrar en su interior.
Entre las respuestas que recibió Marguerite Hart, la bibliotecaria, en la entrada de Abadía Digital han destacado una que, me ha parecido preciosa (no podía ser de otra manera, siendo yo también bibliotecaria):
En la entrada original tenéis la traducción, por si a alguien le apetece leerla en español. Y como además esta carta fue escrita cuando sólo me faltaban algo menos de dos meses para nacer, me "autohago" destinataria de ella porque suscribo punto por punto todo lo que dejó escrito este autor sobre las maravillas que encierran estos edificios.