Que un niño tenga asma hoy en día es algo de lo más normal, es una dolencia que tiene mucho que ver con factores alérgenos, además de con la contaminación ambiental, el clima y las infecciones respiratorias. No será lo mismo un episodio de asma causado por una enfermedad puntual que un asma de tipo crónico debido, por ejemplo, a una alergia al polvo.
Pese a todo el asma presenta los mismos síntomas, dificultad para respirar debido a un estrechamiento de las vías respiratorias del niño, lo que también se puede manifestar con tos y respiración sibilante.
Este estrechamiento se produce bien por una inflamación de las citadas vías, lo que hace que se hinchen, o bien por la contracción de los músculos que rodean las vías respiratorias, también denominada broncoconstricción.
Tratamiento del asma infantil
En general el tratamiento debe abordar diversas áreas, se trata por un lado de evitar exponerse a los desencadenantes y por otro de tomar la medicación en el caso de que sea preciso. Si sabemos que el niño tiene una serie de alergias es probable que desarrolle episodios asmáticos al exponerse a ellas, por lo que se trataría de rehuir estos alérgenos, habrá que estar atentos a su vez a las primeras señales de un ataque de asma a fin de intentar evitar que se agrave.
Habrá ocasiones en que será necesario el tratamiento farmacológico, aquí encontramos dos tipos. Por un lado están los niños que precisan de medicación continua aunque no hayan sufrido un ataque de asma. Son medicamentos denominados de control prolongado que evitan que se desarrollen los síntomas del asma, se toman todos los días y pueden ser esteroides inhalados o broncodilatadores de acción prolongada.
Por otro lado hay medicamentos que solo se toman cuando el niño atraviesa por alguna crisis, llamados de alivio rápido, lo normal es que se trate de inhaladores, en este caso es importante ayudar al niño a utilizarlo correctamente para que surta efecto. Si son niños muy pequeños se suelen emplear nebulizadores, que transforman el medicamento en vapor y son más sencillos de administrar.
Prevención de las crisis asmáticas
Pese a que la medicación va a ser precisa, bien de forma diaria o en casos de crisis asmáticas o dificultades respiratorias, una parte muy importante será la prevención evitando los ya nombrados desencadenantes. Habrá que mantener la casa libre de polvo y humedades, evitar la exposición al humo del tabaco así como a los pólenes de las plantas. También se aconseja realizar controles del estado del niño mediante un espirómetro con el que se mide el flujo máximo de aire.
El asma bien controlado no es una enfermedad grave y el niño que la sufre puede llevar una vida normal conociendo sus limitaciones, por ejemplo, si el ejercicio prolongado le produce asma debe evitarlo. Es habitual que los síntomas de asma infantil vayan remitiendo según crece el niño, pudiendo incluso desaparecer, eso sí, para ello es necesario seguir el tratamiento prescrito ya que de lo contrario podrían darse cambios permanentes en la función pulmonar.