Cuando se decide formar parte de una asociación de vecinos, se asume una gran responsabilidad puesto que serán las personas encargadas de buscar beneficios y soluciones a las problemáticas que se presenten en la localidad que se representan.
Si bien es cierto que es una gran cantidad de trabajo que se debe hacer y contar con disposición de tiempo, también trae muchos beneficios, tanto personales como colectivos, ya que se empieza con el despertar la conciencia, lo que favorece en la construcción de una comunidad más participativa, lo que se traduce en desarrollo y crecimiento comunitario.
Con desarrollo y crecimiento de las comunidades se satisfacen las necesidades básicas, se solucionan problemas y la calidad de vida de sus habitantes mejora en gran escala y por ende la convivencia se vuelve más armónica y lo ideal es que con esas mejoras la participación vecinal se incremente.
La suma de esfuerzo de los miembros de la asociación y de los demás vecinos, fortalece la gestión de dichos miembros, ya que cada habitante aportará su grano de arena y buscarán construir una comunidad limpia acogedora, rescatada para el beneficio propio y de los turistas y visitantes.
En fin esto es lo que busca la asociación de vecinos de Lanuza Casco Viejo, y por lo que tienen más de 40 años luchando por el beneficio de los habitantes de Zaragoza, quienes basados en un plan de trabajo han alcanzado logros significativos en su población, en cuanto maximizar y fortalecer servicios públicos, embellecimiento, construcción de espacios comunes.
Haciendo referencia a algunos de los proyectos materializados por esta organización vecinal se nombran: El Centro Infantil Gusanitos, Proyecto Duchas y Lavadoras, que se ha perpetuado, debido que con la crisis actual muchas personas no cuentan con los recursos económicos para pagar un servicio eléctrico y van desde otras poblaciones y reciben el beneficio.