“Estamos en el año 50 antes de Jesucristo. Toda la Galia está ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y siempre al invasor…”
La producción encantará tanto a grandes como a pequeños porque las aventuras de Astérix y Obélix han encandilado a varias generaciones, ya que Uderzo y Goscinny supieron entender a la perfección que había que hacer para que su obra se convirtiera en universal. Del talento del tranquilón Uderzo con los lápices y del inteligente guionista Goscinny, conocedor tanto de la escuela americana como, lógicamente, de la franco-belga, surgió La residencia de los dioses, el número 17de la colección, que adaptan los debutantes Lois Clichy y Alexandre Astier en 3D. La película me ha parecido muy entretenida. Sin embargo, no es recomendable para un público con una edad inferior a 8 años, pues los cómics de Astérix siempre han tenido dobles lecturas con lo que los adultos no sacarán las mismas conclusiones que los niños. De todas formas, para entender el particular humor del mencionado tándem es conveniente haberse leído alguna historieta, si quieres disfrutar de su visionado.
La cinta gira en torno a la figura de Julio César que, cansado de no vencer por las armas a ese grupúsculo de irreductibles galos, planea construir una lujosa residencia, donde los romanos puedan disfrutar de sus vacaciones. Estos habitantes de esa pequeña aldea se dejarán seducir por las redes de la civilización. El terceto formado por Astérix, Obélix y Panorámix reunirá todas sus fuerzas para no dejarse engatusar y poder desbaratar el plan.
Aunque el humor impregne completamente al largometraje, hay que decir que los anacronismos en los que la forma de vivir de esa época se entremezclan con la forma de vivir del siglo XX y sirven para apuntar temas interesantes. Esto se logra no sólo con las chispeantes genialidades de Goscinny como la del personaje romano llamado Salarius Dignus, sino explicando, con mucha gracia, las reivindicaciones laborales y de libertad de los legionarios y esclavos respectivamente. Por otra parte, las andanzas de estos personajes, en general, hablan de la necesidad de pertenencia a un grupo y de sentirse identificado con una cultura o estilo de vida. El valor más importante que transmiten los protagonistas de la película es el de la amistad y la lealtad junto a la facilidad para confraternizar con el extranjero, buscando más lo que les une que lo que les separa, un detalle presente en todas las producciones y álbumes de los citados personajes (publicado en el Diario Ya).