La córnea es el lente en el cual encontramos las dos terceras partes del poder de refracción total del ojo. Al igual que en las otras ametropías, la córnea juega un papel importante en la aparición de astigmatismo.
El astigmatismo—del griego a: sin, stigma: punto—es el defecto de refracción ligado a una córnea cuya curvatura horizontal es diferente a la vertical, es decir, el lente no es un segmento de esfera, sino algo ovalada. La magnitud de la diferencia entre las dos curvaturas, da la cantidad de astigmatismo presente.
Astigmatismos pequeños en personas jóvenes pueden pasar desapercibidos, es decir, sin provocar molestias. Pero cuando el astigmatismo no es tan pequeño o la persona no es tan joven, puede sentir dolor ocular, dolor de cabeza, irritación ocular, enrojecimiento, molestias con la luz fuerte, lagrimeo, mareos o visión borrosa de manera intermitente. Estas molestias se volverán más intensas en actividades como la lectura, el uso de computadora, ver la televisión; y se volverán más frecuentes con el transcurso de los años.
El astigmatismo se corrige con lentes de armazón, lentes de contacto o cirugía refractiva. Cuando se eligen los lentes de contacto, suele recomendarse el lente de contacto tórico.
Referencia