La sargento Ruth Lake y el inspector jefe Greg Carver andan a la caza de un asesino en serie que recoloca a sus víctimas como si fueran maniquís y les cubre el cuerpo entero de complejos y misteriosos tatuajes. Los medios ya lo han apodado «el asesino de las espinas», por el método primitivo y tremendamente doloroso del que se sirve para tatuarlas. Después de muchos meses de investigación, cuando parece que la resolución del caso es inminente, el asesino asesta un golpe personal: dispone a su última víctima de forma que se parezca a la esposa del inspector. Sometido a una gran presión, Carver entra en una espiral autodestructiva de alcohol y sexo. De pronto, se encuentra en el suelo, medio muerto por un disparo, y sobre él se alza la imperturbable Lake, apuntándolo con un arma. ¿Le ha disparado ella? Si no es así, ¿por qué está retirando de su apartamento todas las posibles pruebas y falseando el escenario del crimen?
También Lake está convencida de que su jefe esconde algo, de que recuerda más de lo que está dispuesto a reconocer. ¿Por qué miente Carver? ¿Sabe lo que ha hecho la sargento?
Entretanto, el asesino de las espinas los observa con atención mientras maquina su próximo asalto…
Ficha del libro: AQUÍ
"Astillas en la sangre" es la primera novela publicada por Ashely Dyer, uno de los seudónimos de la periodista y escritora Margaret Murphy que en esta ocasión ha contado con el asesoramiento de una especialista en materia policial y forense llamada Helen Pepper. No sé si esta novela será la primera de una nueva serie policial, pero hay que reconocer que ambas han formado un buen equipo y que si quisieran podrían seguir por este camino porque no se les ha dado nada mal.
La novela que está protagonizada por el Inspector Greg Carver y la sargento Ruth Lake se desarrolla en las calles de Liverpool. Ambos trabajan en el caso del asesino de las espinas que ha matado ya a cinco mujeres. La verdad es que cuando una ya ha leído en tantas novelas negras y thrillers tantos y tan variados métodos para asesinar, parece que nada nuevo puede sorprenderte, pero hasta ahora no me había encontrado con víctimas completamente tatuadas. Y es que nuestro asesino utiliza primitivos métodos para lograr su objetivo, afiladas espinas que durante varios días van tatuando de forma terrible y dolorosa enrevesados dibujos sobre el cuerpo de sus víctimas, con una particular mezcla de tinta que él mismo prepara. Cuando parece que la investigación va avanzando, la quinta víctima (Kara Grogan) sorprende al inspector Carver, ya que se parece mucho a su esposa, de quien se ha separado y además lleva puestos unos pendientes de esta.
A raíz del hallazgo de la última víctima, Carver se derrumba y entra en una espiral de autodestrucción que nos lleva a las primeras páginas de la novela, donde nos encontramos con el inspector en su casa con un disparo en el pecho y a su compañera la sargento Lake empuñando una pistola.
La verdad es que durante los primeros capítulos no tienes ni idea de qué ha podido pasar en el apartamento de Carver ¿Le ha disparado su compañera? ¿Por qué se lleva todas las notas que tiene Carver en casa sobre el asesino de las espinas? ¿Por qué hace desaparecer el arma? La verdad es que todo es sumamente intrigante y aunque Carver no muere entre él y Ruth empieza a surgir la desconfianza, Carver no es capaz de recordar los hechos que rodearon ese disparo en su pecho y empiezan a mentirse el uno al otro y mientras él permanece hospitalizado, Ruth decide volver a investigar a las víctimas del asesino en serie, sin sospechar que éste no se pierde ni uno de sus movimientos.
Ashley Dyer y Helen Pepper. Fotografía extraída de AQUÍ
La caracterización de Carver y Lake me ha gustado mucho. Me han parecido personajes complejos con sus claro-oscuros, pero muy interesantes, sobre todo Ruth Lake, que antes de ser detective había sido técnico forense y tiene una capacidad especial para leer a las personas, para saber cuándo están mintiendo y además tiene un gran dominio para permanecer impasible y calmada en las situaciones más comprometidas y no le importa ignorar las órdenes de sus superiores para llevar a cabo su propia investigación en el caso del disparo a Carver. En esta novela además, es la que soporta más peso, al estar el inspector ingresado en el hospital, aunque las escenas entre ambos son muy interesantes porque los dos se mienten y lo saben.También destacaría un par de secundarios, el primero, Lyall Gaines, un asesor forense independiente que les ayuda en todo lo referente a los tatuajes de las víctimas y las tintas con las que están hechos, un personaje con más de una faceta oculta y segundo, el Agente Ivey, que se juega el tipo por Lake en más de un momento. Los dos me han gustado mucho.
Lo cierto es que "Astillas en la sangre" es una novela bastante original y entretenida, envuelta en una oscura atmósfera, que quizás pierde algo de fuelle hacia la mitad, pero luego vuelve a remontar hasta el final. Tiene una parte forense muy desarrollada, quizás por esa colaboración de Helen Pepper con la autora y a mí en particular es algo que me gusta mucho en este tipo de novelas porque creo que las hace más interesantes. No es una novela negra que se regodee con escenas sangrientas que resulten desagradables, lo que también es de agradecer y además es de muy fácil lectura.
Sobre el final debo decir que identifiqué al asesino antes de lo que me hubiera gustado, pero ha sido porque me recordó mucho al personaje de una serie de televisión que vimos en casa no hace mucho y ¡zás! en el momento en que este personaje en concreto hace una pregunta me dije "¡Ajá! ¿A que vas a ser tú?" y sí, lo fue, pero bueno no importa porque lo interesante era saber el por qué de los asesinatos, entender la mente fría, manipuladora y trastornada de un personaje como este obsesionado con los secretos de sus víctimas y como digo la parte final es muy adictiva.
Me ha parecido una lectura entretenida y no me importaría seguir con la serie, si es que finalmente lo esPrimeras páginas: AQUÍ