Situada en la ruta natural que une la Meseta con Galicia a través del valle del Sil, se encuentra Astorga, capital de la Maragatería, en la provincia de León. Encrucijada de caminos, Asturica Augusta, la "ciudad grandiosa", como la describió Plinio el Viejo cuando desde ella partía el oro de Las Médulas hacia Roma, fue principio de la Vía de la Plata.
Construida sobre un castro celta (antiguo centro de los ámacos y después de los satures), fue capital del Conventus Asturum, pero entró en declive con la caída del Imperio Romano. Más tarde fue sede episcopal (siglo III).
Recuperó su auge al convertirse en parada obligatoria del Camino de Santiago. Gozó de un importante comercio en la antigüedad, auspiciado, en gran parte, por la ruta jacobea.
Fue parte del reino de los suevos tras las invasiones bárbaras y en 714 fue tomada por las tropas musulmanas de Tariq, aunque sería reconquistada por la monarquía asturiana a mediados del mismo siglo.
En el año 995 cayó en manos de Almanzor que ordenó destruir sus murallas. Alfonso VI le concedió un fuero y a finales del siglo XVIII perteneció al señoría secular de la provincia de León.
La muralla medieval y romana
Antes de comenzar el recorrido por las calles de la ciudad leonesa, hay que detenerse en sus murallas medievales, construidas sobre antiguas defensas romanas.
Su trazado limita la ciudad monumental y comercial, y los barrios industriales y residenciales, realzando la belleza que Astorga, durante siglos, ha dejado una profunda huella al viajero que la visita. En el subsuelo hay que visitar la ergástula, que fue una cárcel de esclavos.
La catedral de Santa María, erigida sobre la fábrica románica del siglo XIII, tiene elementos góticos, plateresco y del barroco. Su claustro (siglo XVIII) es igualmente de suma elegancia.
Completan el patrimonio arquitectónico religioso de Astorga las iglesias de San Andrés, San Francisco, Santa Marta y San Bartolomé, el convento de Sancti Spiritus y el santuario de Fátima.
El Palacio Episcopal de Gaudí
La huella modernista la podemos encontrar en el Palacio Episcopal (siglo XIX), obra del genial Antonio Gaudí. El arquitecto catalán utilizó en él piedra granítica y lo rodeó con un foso. Tiene tres plantas: el vestíbulo está decorado con cerámica vidriada, el segundo acoge le salón del Trono y una capilla con vidrieras, frescos, azulejería de Zuloaga y cerámica vidriada.
El Ayuntamiento, del siglo XVII, es uno de los principales edificios barrocos de la provincia y en su fachada destaca el famoso reloj de los Maragato, que hay que visitar cuando los populares muñecos Zancuda y Colasa dan las horas.
De carácter religioso son también el Seminario Mayor, obra de 1756 con fachada de tres alturas y trazas herrerianas, que cuenta con tres claustros cerrados y capilla neoclásica; o la iglesia de Santa Colomba de Puerta de Rey.
Otras construcciones de interés en Astorga son el Hospital de las Cinco Llagas, que fue uno de los hospitales de peregrinos más importantes de la ciudad y sobre el cual se construyó un edificio en el siglo XVIII, del que tan solo se conserva la portada.
O bien la Celda de las Emparedadas, un pequeño espacio entre San Esteban y Santa Marta que se empleó en la Edad Media las mujeres que se emparedaban toda su vida por penitencia.
No hay que olvidar probar el plato más destacado del municipio, el cocido maragato, que se elabora con nueve carnes. Debe comerse empezando por este ingrediente, para continuar después con los garbanzos y terminar con la sopa.
Soy periodista y experto universitario en protocolo. He trabajado en diferentes medios de comunicación como 20 minutos, Las Provincias o Diario 16. Ahora ejerzo labores de community manager, colaboro en blogs y publicaciones digitales. Autor del libro 'Eso no estaba en mi libro de Historia de Roma'.